puzzle; nouis.

XXXIII. ❝Te quiero.❞ (Capítulo extra) [Parte III.]

Antes de meternos en la cama nos habíamos quitado los pesados abrigos que cubrían nuestros cuerpos del frío que hacía en Doncaster.

La cama era pequeña, aunque lo suficientemente grande para que ambos estuviéramos ahí muy abrazados.

Su rostro estaba increíblemente cerca del mío, así que acorté la casi inexistente distancia que compartíamos y lo besé con ternura.

Él correspondió al instante y pude sentir como sus labios formaban una linda sonrisa contra los míos.

No pude evitar sonreír también.

Louis se acomodó para poder besarme mejor y yo lo acerqué, abrazándolo por la cintura.

Dentro de poco la temperatura de la habitación subió y lo único que se escuchaba era respiraciones algo agitadas y pesadas, además de algunos chasquidos producidos por nuestras bocas.

Mordí su labio suavemente y Louis soltó un jadeo, aproveché eso para abrirme paso en su boca con su lengua.

Él subió sus manos hasta mi cabello y tiró ligeramente, haciéndome gruñir un poco.

Louis, con timidez, decidió sentarse sobre mis caderas, a lo que yo sólo sonreí y seguí besándolo suavemente.

Y más o menos fue allí cuando sentí el tacto de una de las pequeñas manos de Louis sobre mi cuerpo, mejor dicho, sobre la parte baja de mí estómago.

Mi respiración se aceleró considerablemente al sentir su mano y él se dio cuenta de eso.

Pocos minutos después levantó mi camisa, y yo me separé un poco para que... bueno, la quitara.

Comencé a dar pequeños besos por su cuello, haciéndolo estremecer y hasta jadear mientras se sonrojaba aún intentando sacar mí camisa.

Finalmente la quitó y yo le quité la suya.

Pero esta vez, cuando comencé a acariciar su cuerpo, no se alejó, solamente se tensó.

Y claro que sabía por qué. Yo también sabía que todo lo que hiciera tenía que ser con cuidado y sin movimientos bruscos.

Sentía las manos de Louis recorriendo cada centímetro de mí cuerpo y supe que podría acostumbrarme a ese contacto, aunque la piel me quemaba por donde él acariciaba.

Las prendas de vestir sobraban en ese momento, por lo que me dediqué a desabrochar y quitar el pantalón de Louis mientras succionaba y mordía con suavidad el cuello de Louis, éste respondía con suaves gemidos, haciendo que el bulto en mis pantalones creciera más y más. Pronto los pantalones de mi novio dejaron de estorbar.

Gemí adolorido y Louis pareció darse cuenta de eso, por lo que igualmente se deshizo de mis pantalones, pero dejó las manos ahí cerca, sobre la parte baja de mi abdomen.

Casi pude sentir como Louis tomaba aire antes de bajar aún más sus manos y pasarlas por debajo de mi bóxer.

Me mordí el labio con fuerza, reteniendo así varios gemidos y gruñidos causados por las pequeñas manos de Louis al tomar con cuidado mi pene y comenzar a masturbarme a un ritmo bastante rápido.

Comencé a mover mis caderas contra su mano, soltando algunos sonidos guturales de vez en cuando.

Louis detuvo sus caricias y me quitó el bóxer, aproveche ese instante para darnos vuelta y así quedar sobre él. Una pequeña sonrisa nerviosa apareció en los labios de Louis.

—Lou, si no quieres puedes decírmelo... —comencé a decir, a sabiendas que si Louis se negaba a continuar yo tendría que ir al baño a bajar mi erección.