XXII. ❝Graciosa incomodidad.❞

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Las mejillas de Louis estaban coloradísimas, probablemente de un rojo muy similar al que se estaba apoderando de mi rostro en ese momento.

Nunca me imaginé siendo el punto de inspiración de alguien. Ya, sé que probablemente nadie le anda pidiendo a los astros ser la inspiración de alguien, pero me hace sentir de una manera genial. Aunque no sé hasta qué punto. Uno puede ser buena o mala inspiración para alguien.

Sinceramente, no me encontraba con demasiadas ganas de calentarme la cabeza con suposiciones.


—Espero que cosas buenas —murmuré, riendo levemente e intentando sacarle un poco de tensión al asunto.


Su risa era demasiado hermosa como para ser real, aunque no se molestó en contestar mi pregunta.

Intenté dejar mis pensamientos de lado.


—Me gustaría leer algo de lo que escribes algún día —murmuré, fue casi como un pensamiento muy vago nadando por mi mente.


Él frunció un poco el ceño por lo que dije.


—No, ¡que vergüenza! —exclamó él, negando frenéticamente con la cabeza.

—¡Pero debes escribir muy lindo! —insistí yo, intentando convencerlo de dejarme leer algo.

—¡Pero no quiero que nadie lo lea! —hizo un pequeño puchero muy infantil, reí un poco.

—¿Y cómo piensas ser escritor si no quieres que nadie lo lea? —pregunté, con las cejas alzadas y la cabeza ladeada ligeramente, en la espera de una respuesta.


Él no se tomó muchos segundos para pensar en su respuesta.


—Va a ser muy diferente. Pasará por editores y varios cambios, Niall, será casi como si yo no hubiera escrito eso —murmuró, con decepción reflejada en su rostro y en su voz.

—Pero tú serías quien lo escribió —insistí. Y no es que quisiera ser alguien pesado, pero sentía curiosidad...


No es una novedad.

Él alzó las cejas, sonriendo ladinamente.


—Tal vez algún día leas algo de lo que escribo —finalizó y no le intenté contradecir.


Un nuevo silencio se formó en la habitación. El silencio era cómodo, mucho, y lo fue mucho más cuando Louis deslizó una de sus manos hasta la mía y entrelazó nuestros dedos. No pude evitar sonreír por esa acción tan pequeña pero a la vez tan linda.


[...]


—Así que... ¿Louis tiene novio al fin? —preguntó una de las gemelas, con una inocente sonrisa en en rostro.

—No, Pho, no somos novios —Louis negó con la cabeza.


La conversación había cambiado drásticamente en la cena de la escuela y cómo les iba a las niñas a un tema ya tocado como Lou y yo.

Y en ese momento me había comenzado a encontrar ligeramente incómodo.

El pollo estaba deliciosamente condimentado y el puré de papas estaba muy suave, justo como me gusta. Intenté distraerme pensando en la comida, esperando que funcionara.

puzzle; nouis.Место, где живут истории. Откройте их для себя