Capítulo 4

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Silve al ver pasar una chica guapa y la vi voltearse muy sonrojada, aunque luego siguió su camino. Reí en voz baja y dejé de hacerlo al ver a Lauren acercarse a mí con dos helados.

—Lo siento. —murmuró— No logré nada.

—Oye, está bien, tú sabes que...

—¡Conseguí las fotos! —interrumpió alegré.

Diablos, me había engañado. Y yo casi la consolaba, como pocas veces intentaba hacerlo, pues no se me daba nada bien y se suponía que era un chico malo, pero con ella me ablandaba.

Lau chilló alegre y yo simplemente revolee mis ojos para sonreírle. Era buena en el arte de mentir.

—Eres mala. —dije sonriendo y la abracé por su espalda— Enséñame esas fotos.

—Pídemelo de rodillas.

Le pellizque fuertemente la mejilla y ella me dio un fuerte codazo en mis costillas. Instintivamente la solté y entrecerre mis ojos llevando una mano al lugar dolido.

—No juegues pesado. —advirtió ella.

Curvee mis labios mostrando una sonrisa ladeada y le dedique una mirada sugerente. Al final ambos reímos y vimos las fotos que le había tirado al banco central mientras comíamos un helado cada uno. Teníamos una forma de molestarnos única.

—Eres increíble hermosura. —expresé alegre y besé la mejilla de mi amiga.

—Lo sé. —afirmó presuntuosa.

Le sonreí a Lauren y envié un mensaje a mi hermano para vernos.

...

—¿Por qué me miras así? —inquirió Lauren.

—¿Así cómo? —interrogue arqueando una ceja.

Ella trago el pan que masticaba y se levantó de un mueble para caminar hasta donde estaba yo sentado y ubicarse sobre el portabrazos.

—Me miras muy fijamente. —respondió ordenando mi cabello con sus dedos— ¿Piensas en algo?

—Pienso que deberías dejar de hacerte la dura.

—Hablo en serio. —dijo neutra y me miró fijamente varios segundos— No me estabas mirando a mí. —concluyó— Solo tenías tus ojos en mi dirección, pero tu mente no.

Asentí y suspiré. Luego observé el cuerpo de Lauren y fue cuando me percate que donde estaba sentada, lo cual me sorprendió.

—¿Qué haces aquí? Un poco mas y estás encima de mí.

Ella se encogió de hombros sonriendo y puso sus labios en mi frente. Cerré mis ojos ante el tacto y me relaje los segundos que duramos en esa posición.

—¿Mejor?

Ojalá todo se arreglase así de fácil.

Le asentí sonriendo y abrí mis ojos para acercar mi rostro al de ella, planeaba besar su mejilla, pero Lauren puso sus manos sobre mi boca tapándola. En ese momento oí la puerta abrirse y vi de reojo a mi hermano entrar con otra chica muy bonita. Les ignoré y miré Lauren quien se alejó de mí en momento y frunció su rostro.

—No intentes besarme.

Tras coger su comida Lauren me dio una última miradita y se marchó de mi hogar.

Yo me puse de pie y me dirigí al baño para echarme agua en la cara y dejar mis manos apoyadas en la pared.

—¿Estás bien?

Por el rabillo del ojo vi a la desconocida que venía con mi hermano y luego me visualice a mí mismo en el espejo.

—¿Tan mal te dejo esa chica que se fue?

Negué a su pregunta y la miré mal.

—No te incumbe.

No era eso. Era algo más, algo que tarde o temprano terminaría por afectarme, lo sabía y por ello me molestaba. Quizás eso me pasaba por ser tan mala persona.

—Yo iba a entrar al baño. —mencionó ella— ¿Te quedarás mucho?

—¿Eres Amapola?

La chica asintió. Yo sequé mi rostro y salí del baño.

—Habla con tu amiga, las chicas somos buenas dando consejos. Además, ella merece una explicación de tu comportamiento.

La ignoré. Una desconocida no me diría que hacer.

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