Capítulo 9

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El vacío lo sentí más esa mañana. Mis pensamientos variaban mucho y daban vueltas sin parar por mi mente hasta el punto de darme dolor de cabeza.

Lo primero que hice fue enviarle un mensaje a Lau de que viniera y luego me decidí dejar de observar el techo. Era momento de empezar el día.

Al salir del baño vi a mi hermano cocinando con una sonrisa y realmente le envidie. ¿Cómo se mantenía tan...? Positivo, alegre, animado y tranquilo.

—¿Tostadas? —indagué curioso.

Él asintió.

—¿Le escribiste a la chica cuya foto mirabas? —cuestione neutro.

Le vi negar y sentí alivio.

—Creo que silenció mi perfil.

Realmente me tranquilizó que él no notará que yo había callado el perfil de la chica.

—Eres apuesto, no necesitas una chica fija. Aprovecha tu juventud y diviértete.

Sebastian sacó las tostadas ya listas y luego me miró.

—Nunca me ha gustado tontear con las chicas, prefiero los carros, las bebidas y los videojuegos. —explicó tranquilamente.

—Bueno, como dicen por ahí, cada cual con su gusto.

—Olvídalo y desayunemos. —sugirió calmado.

Sebastian llevó nuestros dos platos a la mesa y nos sentamos a comer comentando que haríamos. Un toqué en la puerta nos interrumpió y Sebastian abrió, luego volvió a entrar pero acompañado de Lauren.

—Hola guapa. —saludé coqueto.

Luego de decirlo recordé que debía dejar de bromear con ella de ese modo. Pero nos entendíamos.

Ella sonrió, fue a saludarme con un beso en la mejilla y se sentó sobre la mesa de comer.

—Te equivocaste de lugar amor. —expresé en tono bromista y extire mis labios.

La vi revolear sus ojos y cruzarse de brazos.

—¿Por qué me llamaste? Es una suerte que sea mi propia jefa sino me despedirían.

—Quería hablar contigo a solas.

Miré a mi hermano menor y él cogió su plato con tostadas para luego retirarse a fuera, de hecho fue a sentarse en el jardín del patio.

—¿Te sientes bien Esteban? Primero te portas raro, ayer me pides solo dormir conmigo y hoy esto.

—¿Crees que algún día conozca a alguien con quien pasar mi vida? —pregunté metido en mis sombríos pensamientos.

Lauren acarició suavemente mis mejillas con sus manos y luego besó mi frente varios segundos.

—No dudo que eso pase Esteban. Encontrarás una persona que te encamine y desee pasar su vida contigo.

—Gracias Lau. —susurré abrazándola— Te quiero amiga. Lamento ser idiota a veces.

—Mayormente lo eres. —concordó ella— ¿Buscarás algo serio?

Me lo pensé unos segundos y dejé de abrazarla para asentir.

—Quiero probar como es una relación duradera.

—No podrás coquetear con otras chicas. —informó Lauren.

—¿No podré? Eso no es divertido.

—Aprenderás a convivir con ello Esteban.

Mi amiga me sonrió y se pusó de pie.

—¿Por qué tomaste esta decisión?

—Es complicado Lau.

—No lo diré a nadie.

Suspiré y se lo conté. Ese día prometió guardar la información como un secreto.

Mi promesa Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt