Capítulo 32

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(2022, Estambul)

—Lauren, de mil novecientos noventicinco a dos mil diecisiete —leí entristecido y me agaché frente a la tumba—. Que sucio está.

Quité las flores marchitas y aparte las hojas. Sacudí la inscripción con mi mano y levanté la cabeza al ver unos tacones delange.

—¿Conocías a Lauren?

Asentí atontado por la presencia de Jesnika y la vi agacharse a mi lado.

—Nosotras eramos amigas, trabajabamos juntas. Andabamos juntas casi siempre por los vuelos en conjunto así que nos contagiamos algunos hábitos. Ella amplió mi conocimiento de groserías.

Sonreí con nostalgia al recordar la cantidad de insultos que podía decir mi mejor amiga y miré a Jesnika.

—¿Qué le contagiaste tú? —indagué.

Ella llevó una mano a su barriga y la otra a su pecho.

—En realidad recibí muchísimo. Yo solo le di amor, apoyo y amistad. Con eso le pagué, ¿no crees?

La observé fijamente meditando sus palabras.

—¿Qué hay de ti? ¿Quién eras para Lauren?

—Era su mejor amigo y la dejé de lado por mi última novia. Luego me arrepentí al darme cuenta de que pude solucionar el problema de otra forma —indiqué con franqueza—. Es mejor dejar caer la sal poco a poco. Yo no lo hice y me quedo salado el resultado final. Gracias por la compañía. Me debo marchar.

—Nunca dijiste tu nombre.

—Esteban —contesté y seguí mi camino.

...
(

Más tarde)

—Princesa —expresé alegremente.

Me agaché sonriendo, Criseb corrió, me abrazó y me sonrió.

—Tío. Extañe a ti.

—Yo también te extrañe —susurré abrazándola con cuidado—. Te traje los caramelos.

—Alamelos.

Solté a mi sobrina y entrecerre mis ojos.

—Dilo bien, usted puede señorita. Las princesitas deben pronunciar bien las palabras.

—Ca.

—Ca —repitió.

—Ra —continué.

—Ra, me, lo —concluyó.

—Muy bien, princesa, dilo todo junto.

—Ca, ra, me, lo. Caramelo.

—¡Sí! —exclamé feliz y le di los caramelos—. Me siento muy orgulloso de ti pequeña.

—Esteban.

Esa voz.

Me giré y al ver a mi hermano trague saliva. Criseb mastico sus caramelos sonriéndole a su padre y luego corrió a él llena de alegría y energía.

—Caramelo —dijo muy feliz—. Tío me lo tomplo.

—Es compró —rectifique cariñosamente—. Ve a jugar con tus amigas, yo hablaré con tu papá.

Mi sobrina, muy obediente, asintió y fue a jugar. Sebastian suspiró y me miró con expresión entre enojada y triste.

—¿Desde cuándo vienes a verla?

—Desde que empezó a ser cuidada aquí. La verdad siempre estoy al pendiente de ella.

—Hace años no sé de ti —susurró y trago saliva con sus ojos cristalizados—. Eres un maldito idiota. ¿Por qué no fuiste a mi boda?

—¿Cómo iba a ir cuando tu esposa es hermana de Amapola? —interrogue con tono bajo—. No soy tan sádico.

—Tenía la esperanza de verte allí. Era un día especial —dijo serio, aunque su voz flaqueo al final—. ¿Sabes cuántos miembros de mi familia habían? Cero.

—Lo lamento. Era mejor para evitar problemas, Sebastian.

—Debiste enfrentar a la familia de Amapola.

Mostré una sonrisa amarga y me encogí de hombros sacando a relucir el dominio que había adquirido de mis emociones y reacciones.

—Debí —concorde—. Pero fui cobarde y ahora realmente no cambiaría nada.

—¡Tío!

Volteé y al ver que Criseb llegaba llorando me agaché a su tamaño limpiando sus lágrimas con cuidado.

—¿Qué sucede, princesa?

—Tomielon mi dultes.

—¿Cómo? —inquirí incrédulo—. ¿Quién se comió los dulces de mi reina? Tu caballero les dará una lección.

—Me lo tomi yo —dijo entre lágrimas—. Acabaron.

Sonreí con dulcura y revolee mis ojos para darle más chuches.

—Cepilla bien tus dientes hoy. Y no seas tan mentirosa o te crecerá la nariz.

—Papá mentiroto —dijo señalando a Sebastian—. Él me enteño.

—¿Te lo enseño tu papá? —cuestione entre rísitas—. Dale cielo, vuelve con tus amistades.

Me levanté negando con diversión y miré a mi hermano.

—No me quites el verla, he perdido muchas cosas. ¿Por favor?

Él mostró una sonrisa y tras golpear mi nuca me abrazó.

—Ni se te ocurra perderte otro evento al que te invité o te haré puré.

Sonreí y le devolví el abrazó.

—Gracias hermanito, y perdóname.

—Nah. Agua pasada. Solo tengo un hermano.

N/a

La reconciliación. 🥺🥺🤧

Suerte que mi inspiración me llevó a hacer este capítulo porque está lindo y lo sentí necesario.

Mi promesa Where stories live. Discover now