Mi promesa

Capítulo 7

Besaba muy bien y era actrativa, pero la chica no me hacía sentir nada. En verdad intentaba distraer mis pensamientos besándola, mas no tenía demasiado éxito. Al final quité mis manos de su cintura y me alejé.

—Escucha, no siento química entre nosotros.

—Yo tampoco. —concordó ella— Supongo que nos irá mejor con alguien más.

Asentí con una pequeña sonrisa y me di la vuelta para salir corriendo. Cogí teléfono al sentirlo vibrar en mi bolsillo y me detuve para leer el mensaje, Lauren quería que fuese a buscarla.

...

Observé confuso a mi amiga sonreír forzadamente a un chico y me acerqué con el ceño fruncido.

—¿Lauren? ¿Estás en una cita?

Ella se puso de pie inmediatamente y entrecelazo su brazo al mio sonriéndome.

—¿Ves? Si tengo novio.

La miré con sorpresa y luego al chico con quien estaba. Él estaba vestido demasiado formal.

—Debe ser un amigo que llamaste. Yo tampoco quiero estar aquí, ¿de verdad crees que me gustas como le dije a tu familia? Claro que no Lauren. Tú sabes que una unión entre ambos será gran inversión.

Mi amiga apretó su mandíbula y rechino sus dientes enrojeciendo por la furia, seguramente explotaría pronto.

—Lauren si es mi novia y no tiene que demostrarte nada. —solté rápidamente.

Hale a mi amiga para alejarla ella acribillo al chico antes de seguirme el paso.

—Espera Esteban, ayúdame a callarlo.

Me detuve y al voltearme Lauren unió sus labios a los mios sin previo aviso tomándome por sorpresa. No quería devolverle el beso, pero tuve que hacerlo. Solo sería un beso sin significado, nada más.

Tras unos segundos ella se distanció. Bromear sobre besarla era una cosa, pero hacerlo era muy distinto e incómodo.

Ambos salimos del lugar en silencio y nos miramos.

—¿Por qué me llamaste a mí? —inquirí al salir.

—Sabía que me seguirías el juego sin hacer preguntas. Además, eres rápido para comprender. Eso sin mencionar que me debías un favor.

Aguanté el dorso de la mano de Lauren clavando mis ojos en los suyos.

—Tienes prohibido volver a besarme. —dije muy serio.

—La última vez no pregunté la razón por la que intestastr besarme porque sabía que te sentías mal, pero hoy te he besado y me lo estas reprochando. No estés confundido, solo hay amistad entre nosotros Esteban.

Solté su mano, giré mi cuerpo y me fui.