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「 sɪᴛɪᴏ ᴇxᴛʀᴀɴ̃ᴏ 」



—No puedes dejarme así, Newt. Eres lo único que me queda, ¿qué voy a hacer sin ti? —La expresión de mi amigo es férrea, dura y sin remordimiento alguno.

—¡Me prometiste que cuidarías de Lizzy, y has faltado a tu promesa! ¡Creía que no lo volverías a hacer! —Su voz rota me duele y me llena de angustia.

La veracidad de sus palabras me llega hasta el fondo y me hace sentir esa gran culpabilidad de haber faltado con mi responsabilidad. Sin embargo, no quiero que me mire de esa manera, no quiero que sus ojos expresen sólo odio por mi. Así que, aun sabiendo lo que puede esperarme, estiro una de mis manos para sostener conmigo su muñeca. Se revuelve con fuerza, con asco, con desprecio..., Y el puñetazo que me lanza, hace que me tropiece y que me caiga de bruces contra el suelo. 

Al alzar la vista, este me mira con todo el resentimiento del mundo. Mi corazón se destruye en pedazos al saber que lo he perdido para siempre y que no hay nada qué pueda hacer para mantenerlo conmigo.

—Nunca te perdonaré, Minho, y no creo poder hacerlo nunca. —Entonces veo cómo se aleja de mi lado y es cómo si miles de dagas se clavasen en mi vientre.

Me deja atrás en el olvido y aunque, entre trompicones, pretendo llegar hasta él, caigo sin darme cuenta en una gruta oscura y profunda; grito su nombre varias veces, en algunas ocasiones mi voz suena rota y completamente desesperada. No obstante, sigo cayendo y para cuándo me doy cuenta, abro los ojos de sopetón: era todo una maldita pesadilla.

Quejándome en bajo, acaricio con movimientos suaves mi sien, ya que me duele horrores. Todo me da vueltas, pero cuándo veo que todo lo que me rodea es una ennegrecida oscuridad, aquello consigue despertarme del todo. Doy varias vistas a mi alrededor, pero no puedo discernir nada con claridad. El miedo de no saber en dónde estoy me aboca, y puedo asegurar qué escucho perfectamente los latidos de mi agitado corazón; trato de respirar pausadamente, intentando tranquilizarme y alarmarme con la situación, pero es inútil.

La cosa empeora cuando busco levantarme del pavimento duro y helado en el que estoy, y piso algo sin querer. Un quejido me sobresalta y me alejo sorprendido hacia atrás, sin saber realmente qué está sucediendo en este sitio extraño. Mi espalda choca contra una pared metálica, y con la seguridad de tenerla detrás de mi, me agazapo en ella; no quero atraer la atención. Necesito pensar.

A ver, ¿qué demonios es lo último que recuerdo? Me estrujo con fuerza la cabeza, intentando forzarme a traer alguna memoria a ella..., Después de unos alargados segundos de pesado silencio, de pronto llega y es de tal sopetón, que mi pecho se agita con brusquedad.

«Mis padres, ellos...», ¡eso era! Antes de perder la consciencia, vi a mis padres muer..., Siento que se me revuelven las tripas y unas súbitas ganas de vomitar me invaden. Borro la imagen mental de ellos colgados en las bisagras de mi casa, y cubriéndome la boca con la mano, trato de recomponerme. «Vamos, güey, no te conviertas en una puta princesita», me regaño mentalmente para obligarme a tomar las riendas de mi nervioso y exaltado comportamiento.

Con las piernas entumecidas y temblando un poco, me incorporo lentamente y teniendo cuidado de no caer sobre algo que despierte algún tipo de amenaza. Sin saber qué hacer primero, me decido a encontrar con lo que sea que me había chocado momentos antes. No temo que sea algún tipo de animal, ahora que pienso con más claridad, porque su quejido había sonado humano; al menos, me digo eso para mantener la calma.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas (𝑨𝒖) ²Where stories live. Discover now