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「 ɴᴜᴇᴠᴏ ᴅᴇsᴀғɪ́ᴏ 」



Mirando fijamente en a aquel punto, incapaz de apartar la vista y teniendo la certeza de qué lo señalaba a él, supo que debía hacer. Me incorporo poco a poco ante la vista de los demás, e ignoro la forma en la que Thomas me intenta sujetar de la chaqueta. Lo sacudo levemente y doy unos pasos hacia adelante. De alguna manera, reconozco su figura y siento que si no me acerco, perderé una oportunidad valiosa. Las cámaras dándonos un respiro, se han apartado de nosotros por el fuerte viento arenoso que se ha levantado.

Algo dentro de mí se alegra de que no estén para ver esa extraña reunión.

Cuando la figura femenina se levantó tras las edificaciones, se quedó de pie unos segundos, para luego salir corriendo hacia adentro, alejándose de nosotros.

—¿No se suponía que esto estaba deshabitado? —La duda se dejó escuchar en la voz de Teresa, y sé que todos nos preguntamos lo mismo.

Sin embargo, nadie contesta la pregunta. Nos quedamos unos momentos quietos, sin saber realmente qué hacer, y entonces me giro hacia ellos y con una voz severa, les digo:

—Voy a ir a encontrarme con esta persona y todos tenéis que permanecer aquí por si cualquier cosa. En caso de que sea algún tipo de trampa, ya me las arreglaré. Y —les doy la espalda—, si no regreso en veinte minutos, seguid hacia adelante.

—¡No, Newt! —La mano de Thomas sostiene mi brazo con fuerza—. ¡No podemos separarnos, somos un equipo! 

Todos comienzan a protestar de la misma forma, y los callo con un movimiento de manos.

—No puedo dejar que vayáis ninguno. Así que voy yo y punto final —termino para acomodarme la mochila y dejarlos allí con la palabra en la boca.

Mientras camino y siento que soy engullido por la tormenta de arena, me subo más arriba de la nariz el pañuelo en blanco no deseoso de tener consecuencias por andar descubierto.

Tras atravesar rápidamente la tormenta y llegar al conjunto de edificios derruidos, el crujido de mis pisadas es lo único que puedo escuchar sin contar los latidos alocados de mi corazón. Un silencio absoluto se apodera de mi travesía y un desagradable olor áspero del desierto infunda mis fosas nasales a pesar de estar cubiertas.

Mea adentro en su mismo pasaje sin saber realmente hacia donde dirigirme, sin embargo, en la distancia a unos pocos metros a la derecha, distingo un rastro de gabardina oscura y siguiéndola lentamente, mantengo la esperanza avivada en mi corazón por desear que no sea otra cosa. Dentro de aquella construcción que me daba la sensación de que en cualquier momento se desbordaría, y la cual carecía de ventanas, encuentro una puerta abierta y apoyada contra la pared. Tomando una profunda respiración, ingreso en aquella habitación muy escasamente iluminada. Un sensación de alarma se reparte por mi cabeza, pero la ignoro porque yo sé muy bien en lo que me he metido.

En el interior,  el aire era notablemente más frío, casi húmedo. La sensación es más agradable en comparación al tiempo que me espera en la salida. Se detuvo a medias de dar tres pasos y escucho una respiración a su espalda. Cuando se dio la vuelta, fue muy tarde. Un ruido cortante y lo siguiente que supo fue que tenía una especie de daga o cuchillo pequeño en su garganta; no cortaba, pero era una gran molestia ya que, cualquier movimiento en falso y adiós a todos sus planes de corto plazo.

De todas formas me muestro seguro y confianzudo a pesar de mi atacante, porque esta persona misteriosa me ha llamado hasta aquí, y sé que no es para matarme.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas (𝑨𝒖) ²Where stories live. Discover now