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「 ɴᴏ ᴠᴏʏ ᴀ ᴍᴇɴᴛɪʀʟᴇ 」



La noche pasa deprisa y con ella se desvanecen todos mis pesares. La mañana siguiente comienza con un silbido que me trastoca mis sueños y abriendo los ojos con dificultad, descubro a Selene dando la entrada a una adormilada Heather; esta lleva el cabello —normalmente lacio— arreglado en una coleta alta y algo despeinada, además de un camisón oscuro que le llega hasta las rodillas, debajo de estas es de suponer que lleva unos shorts cortos. Sus pantuflas negras y con forma de conejitos las deja apostadas al pie de la cama, y se sube gateando hasta mi. La observo confundido, sin saber qué demonios hace en mi cuarto.

—Buenos días, Newt... —suelta como si nada, mientras se acomoda bajo mi pecho y se recuesta dejando caer todo su peso encima de mi.

Alzo las manos al aire, sin saber dónde ponerlas, y cuando miro hacia Selene, tiene en el rostro una expresión desconcertante. ¿Lo que me muestra es repulsión u adoración? Sin querer saberlo de verdad, centro mi atención en mi amiga, quién restriega su cabeza sobre mi pecho. Sostengo sus hombros y la trato de apartar un poco, cuando siento que me huele.

—¿Acaso eres un animal, Heathy? —pregunto alterado y totalmente nervioso de su comportamiento.

Sin embargo, esta niega y colocándose sobre los huecos entre mis piernas, pega su rostro muy cerca del mío. Ese característico olor a azucena me invade las fosas nasales y siento que paso mucho tiempo con ella para darme cuenta de lo rápido que lo anexiono con la chica. Un sonrojo sube por mis orejas por su proximidad, pero cuando pienso que algo más podría suceder en la privacidad de mi cuarto, esta se carcajea en mi cara. Aquello me saca fuera de lugar y cuando voy a preguntar qué sucede con ella, mira hacia la puerta mientras extiende una de sus manos.

—Te dije que se pondría rojo, y como he ganado la apuesta, tienes que obedecerme por todo un mes entero, fiel perrito —comenta como quién no quiere la cosa, y descubro a Ethan en el marco de la puerta con una sonrisa, dando por entendido que ha perdido el juego.

Entonces, mientras asimilo la situación, me doy cuenta de que estaban tomándome el pelo. Así que justo cuando Heather se baja de la cama, para reunirse con el otro, les lanzo la almohada; es a Ethan a quien le da en toda la cara, por distraerse con la chica de cabellos oscuros. Mi ceño se frunce y mientras señalo hacia el pasillo, les digo: —Ambos, afuera, no me hagáis repetirlo dos veces.

Ellos me miran acongojados por mi, de repente, mal humor y salen despavoridos por la puerta. Esta se cierra con la ayuda de Heather, quién ha dejado la almohada en el suelo. Nada más me quedo en privacidad (salvo por la compañía de la avox), me lanzo en la cama, sonrojado y riendo a más no poder.

—¡Son unos idiotas! —grito con un tono jocoso, porque no puedo creerme que me hayan jugado algo parecido.

Decidido, mientras veo que Selene recoge el cojín tendido del suelo, planeo alguna venganza divertida para ellos. Y pienso en que si ambos se han atrevido en allanar mi espacio personal de esa manera, yo puedo hacer lo mismo. Me vuelvo a carcajear, aunque esta vez con algo de maldad, para escuchar cómo la puerta se abre de un golpe. Me doy la vuelta acallando mi felicidad, para descubrir que solo se trata de mi equipo de preparación.

—¡Veo que estáis de buen humor en el día de hoy, mi querido Newt! ¡Eso es una verdadera alegría, jovencito! —alega Raven, mientras empuja un enorme carrito con los usuales aparatos de estética.

No puedo evitar sonreír al escucharle, dándole toda la razón. Mi humor en los últimos días ha sido deplorable, y quizás, a partir de hoy eso pueda cambiar. Con tan solo saber lo cerca que está la salida temporal de este tren, no puedo dejar de pensar en lo feliz que me sentiré al estar de vuelta en casa. Terence es el siguiente en entrar, quién llega un extraño collar de plumas alrededor del cuello y lo agita como si tuviese vida propia. Me río de sus tonterías, y por último aparece mi favorito, Bellamy. Este lleva el cabello azulado en una trenza que deja caer por su hombro derecho, y aparte de aquello, solo destacan sus usuales tatuajes en la mandíbula y su escaso brillo bajo sus ojos. Su piel morenita brilla con la luz de la mañana y hoy se ve más elegante que nunca. Ayuda mucho el traje de etiqueta oscuro que le acompaña. 

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas (𝑨𝒖) ²Där berättelser lever. Upptäck nu