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「 ᴀʜᴏʀᴀ ᴇsᴛᴀᴍᴏs ᴊᴜɴᴛᴏs 」



La reacción de Tommy fue bastante graciosa. Dio un chillido alto, casi parecido al de una chica y al soltarme, por echarse hacia atrás con rapidez, terminó por caer de bruces al suelo. Aquello hizo que me riera fuerte, pero no quería ser malo ya que en parte era culpa mía.

Gateando me asomo por el borde de la cama, y está sobándose la cabeza, dolido. Trato de dejar de reírme, pero es que no puedo. Me acomodo con lo pies colgando y apoyo mis manos en la cama, tratando de detenerme. Es cuando este se levanta y arrodillado y enfrente de mí, que coloca sus manos en mis mejillas y por fin dejo de hacerlo.

—Deja de hacer estas cosas, Newt. —Frunzo el ceño, sin entender a dónde quiere llegar y cuando me suelta, se da la vuelta rápidamente para cubrirse el rostro.

Me acaricio las mejillas, allí en donde el calor ha dejado rastro, y sonriente, me levanto para decirle que voy al cuarto de baño. Antes de desaparecer por la puerta, miro a mi espalda y descubro que este ya me estaba mirando atentamente. Le regalo una sonrisa pequeña, y veo una muestra de la misma en su rostro alegre. La puerta con marco de cristal se cierra tras de mí, y me apoyo en esta, intentando que los calores se me bajen. Me acaricio de nuevo las mejillas, y no entiendo porqué me pongo de esta manera con él. Dejando escapar un suspiro, me dirijo hacia el lavamanos y mojándome la cara, consigo despertarme del todo. Tras cepillarme los dientes, no tardo en salir.

Thomas está terminando de arreglar los tendidos de la cama. Me gusta que sea condescendiente, y amable, pero se pasa de la ralla. Me acerco a prisas y viendo que falta una parte del tendido por estirar, la termino por agarrar yo. Conectamos miradas al instante, pero no tarda en negar sonriente, mientras se cruza de brazos. Cuando lo dejo en su sitio, coloco una de mis manos en la cadera. 

—¿Por qué siempre tienes que intentar hacerlo todo, eh? Tommy, que te deje dormir conmigo no significa que al día siguiente te comportes como una especie de avox. —Se carcajea con fuerza por mi comentario, pero mueve su pierna de una forma inquieta y sale dirigido al baño con su muda de ropa encima. Antes de cerrar la puerta, me suelta que me merezco mucho más que eso.

Niego ante sus estupideces, y decido abrir la ventana de para en par a dejar que entre un poco el aire. Nada más hacerlo, un frío se cuela por mi cuerpo e inconscientemente, me abrazo el torso y un recuerdo vago me invade de pronto. Vuelvo a unos años antes, a mi distrito, y recuerdo a la perfección la primera vez que vislumbré la nieve caer en mi hogar.

A través de la ventana de mi cuarto, y mientras en mis brazos descansaba mi hermanita, ambos descubrimos que en las callejuelas del barrio brillaba una tenue luz grisácea y que estaba siendo acompañada por nubes que cubrían el cielo, lo que ya de por sí era una rareza en esos días. Recuerda quedarse helado en cuanto advierte los copos blancos. Caían arremolinándose y danzando, desafiando a la gravedad al revolotear hacia arriba antes de flotar de nuevo hacia abajo. Evoca la sensación alegre al ver la forma en la que los copos iban a la deriva hasta que gradualmente caían al suelo, derritiéndose tan pronto como tocaban el pavimento.

También recuerda a su hermana llamando a sus padres, y cómo salía de su agarre para acariciar las pecas húmedas que salpicaban el cristal de la única ventana de la habitación. En la tarde Minho fue a buscarle y se la pasaron casi toda la tarde jugando a una pelea de bolas de nieve. Fue un día inmemorable, y sin quererlo, la tristeza le embargó repentinamente al volver a pensar en lo lejos que se hallaba de la gente a la que quería. Un carraspeo a su espalda le llamó la atención y dejo de ataviarse en sus memorias dolientes.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas (𝑨𝒖) ²Where stories live. Discover now