⇁ 28 ↼

237 26 67
                                    


「 ᴇʟ ᴀʀᴏᴍᴀ ᴅᴇ ʟᴀ sᴀɴɢʀᴇ 」



Cuándo a nuestras espaldas dejamos lo poco de la arena que compone el desierto, el bosque nos recibe con los brazos abiertos al igual que el aliento frío que emana de su interior. Entonces, pienso en qué Haymitch no debía de saber de este nuevo camino porque ahora la crema que se suponía que nos iba a proteger del calor no sirve para nada. Ahora el frío nos cala los huesos incluso tras haber traspasado solo el principio de este, y muerdo mis labios con fuerza. Madi aprieta más su agarre en mi mano y noto un pequeño temblor provenir de este.

Trato de no enfurecerme demasiado con la crueldad del Capitolio y dando una minuciosa vista a mi alrededor, comprendo que no se trata ni de un bosque ni de una tundra lo que surge de repente. Es jungla, sin lugar a dudas. 

No tengo ni idea de cómo sé diferenciar los paisajes verdosos de esta manera, pero debo agradecer a mis padres por relatarme algo sobre el tema y por mi familiaridad con este tipo de lugares en mis viajes en solitario a la hora de cazar en mi viejo distrito. Por supuesto, no voy a quitarle mérito a los anteriores Juegos, que de vez en cuando han mostrado un poco de este paisaje.

La mayor parte de estos árboles, de todas maneras, no me son familiares. Tienen troncos lisos y pocas ramas. La tierra que pisamos es muy negra y esponjosa; Rose se queja cuándo sus pies se hunden en la tierra. Varias enredaderas se nos envuelven en los zapatos y cuesta un poco apartarnos de ellas.

En el interior de la jungla, no hay sol alguno que ilumine nuestro camino, aunque sí he notado esas cámaras voladoras que pretenden mantenerse ocultas fijas en nuestro andar y en nuestros movimientos. Me ponen algo nervioso, pero prefiero centrarme en lo que tengo enfrente.

Se respira bastante humedad, aunque siendo sincero es algo a lo que estoy acostumbrado. Es sabido que en nuestro distrito nuestro estilo de vida es muy deplorable; de todas maneras, comienzo a sentir sequedad y se me empieza a escurrir un sudor frío por la parte trasera de mi cuello. Aquello me descoloca porque no sé que puedo esperar.

De todas maneras, sigo liderando el camino y soltando la mano de Madi, abro paso entre la densa vegetación con un machete prestado por cortesía de Jace. Es bastante pesado, pero tras varios movimientos se hace más fácil controlarlo. Sorpresivamente, mi segundo es un chico con el que apenas he hablado un par de veces. Si no me equivoco...

—¿Eres Winston, verdad? —Este asiente mientras se aferra a las mangas de su mochila con fuerza.

Sin poder evitarlo le dedico una larga mirada a su cuerpo, y sé que no va a durar mucho. Es delgado, pero del tipo atlético. Poca musculatura y grandes bolsas bajo los ojos, cansancio probablemente. Su mata de cabello oscuro está toda enmarañada y la verdad, al igual que todos, esta hecho un asco.

Sin embargo, algo que me sorprende es esa mirada que coloca en su rostro, es como... si tuviera esperanza. Probablemente deseando que toda esta tortura termine al fin.

—Sí. —Dando una vista a su alrededor, algo cohibido, me dice—: ¿Crees que podremos salir de aquí todos con vida? 

Muerdo mi lengua para evitar decirle que es completamente imposible, sobre todo para chicos como él, así que dándole una ligera sonrisa, trato de tranquilizarle.

—Haré todo lo que esté en mi mano para sacaros de aquí, ¿vale, Winston? —Su mirada se vuelve de repente más brillosa, y me siento culpable por mentirle en la cara.

Retomamos la caminata en silencio, atravesando varios tramos más, hasta que obviamente por culpa de una cuesta empinada y el frío que nos atraviesa de parte a parte, no tardamos mucho en quedarnos sin aliento. Jace nos ordena a qué descansemos, y me da la impresión de que cuándo me mira quiere mi conformismo; no sé porque me lo pide si, de alguna manera, él se ha vuelto el líder del grupo. Pero lo hago de todas formas, y así, nos detenemos.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas (𝑨𝒖) ²Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu