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「 ʟᴀ ғɪᴇsᴛᴀ 」



Ya listo y preparado para la cena y la fiesta de después, le doy en mano a Caleb las flores y la condecoración de mi distrito, para que me las guarde. Antes de salir, el hombre de cabellos naranjas me sostiene de uno de los brazos, y su expresión infunda una clara preocupación.

—¿Seguro que estás bien, Thomas? —Tengo la sensación de que si insiste un poco más, lo dejaré salir todo. Aun así, no lo hago. Me limito a asentir con una de mis mejores sonrisas, y su agarre se suelta.

Me marcho de la habitación, sintiendo un gran pesar sobre mis hombros.




Horas más tarde, la cena ha terminado y estamos marchando a la plaza central para celebrar la fiesta. Mi humor sigue bajo, y las palabras de mi "madre", aun siguen revoloteando sobre mi cabeza. He intentado fingir, estar bien, pero... Por las miradas de soslayo que me dirigen mis amigos, estoy seguro de que he fracaso totalmente. Teresa ha intentando hablar conmigo en el camino, pero las ganas de escuchar su hermoso encuentro con sus padres solo me recuerda el mío, y lo hemos dejado para otro momento al decirle que el pavo me ha caído un poco mal. Camino por detrás de Teresa y de Brenda, que parlotean en compañía de Heather, con las manos en los bolsillos.

El colgante de Enid está frío, y tengo la necesidad de mandarlo a volar lejos, de hacerme creer que la conversación de aquel día no ha ocurrido y de que todo vuelva a ser como antes. Sin embargo, ahí está la maldita voz de la razón que me dice que probablemente no vuelva a ver a la mujer que me ha cuidado y brindado de su amor durante tantos años, que a lo mejor cuando vuelva a casa, ella ya no estará y me darán cualquier pretexto falso que tendré que creerme a las malas. De solo pensar que al volver, mi antigua casa se quedará abandonada y de que viviré en la Aldea de los Vencedores en soledad, una sensación amarga me invade y siento que voy a devolver lo poco y nada de lo que he comido en la cena.

—Eh, lumbreras..., ¿Todo bien? —Es Ethan quién se acerca, y un agarre familiar aparece en mi hombro. Trato de mostrarle la mejor de mis sonrisas, sacando de mi mente por el momento a mi madre.

—Sí, solo... Ya sabes, demasiadas fiestas, demasiada gente... —Dejo la frase a medio acabar, mientras veo como asiente complaciente.

—Demasiadas tonterías, eso diría yo. —Compartimos una ligera carcajada, y sin más, las miles de luces de distintos colores nos alumbran, y hemos llegado a la plaza.

Al principio lo que veo es un montón de gente reunida, con vestidos y trajes estrafalarios y un banquete enorme que no creo poder visitar por completo. El presidente nos anuncia, y tras algunos aplausos, unos efusivos y otros no tanto, se reanuda la fiesta. La música vuelve a sonar y se escucha por todas partes. Me sucumbe por un momento, y más cuando algunos camareros no dejan de brindarme bebidas alcohólicas y por fuerza, me obligo a beber algunas de ellas. Ethan se emborracha a la tercera y está dando vueltas buscando a Heather, quién siempre está detrás de él. Ese chico no tiene arreglo, pienso, mientras trato de encontrar a Newt, pero no le veo por ningún lado. Pronto me encuentro con mi amiga Teresa, que se acerca con un pequeño baile intentando guiarse por la estruendosa música que no tiene ningún sentido. Más bien, es molesta y me agobia. Pero verla a ella, con su radiante sonrisa, hace que me olvide de todo.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas (𝑨𝒖) ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora