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「 ᴜɴᴀ ʙᴇsᴛɪᴀ sᴀʟᴠᴀᴊᴇ 」



Nadie dijo realmente nada después de aquello; nos quedamos en un silencio algo tenso, y las palabras me salieron sin darme cuenta: —Marchaos todos, por favor. Quiero descansar y no tengo el tiempo ni las ganas para tratar con esto.

Sorpresivamente, me hicieron caso. Haymitch fue el primero en salir dándome una escueta mirada, y sentí que un peso aparecía en mi pecho al verla. Bellamy me dio un último abrazo, y tras estrechar las manos una vez más con Jeanne, mi habitación quedó vacía. Me lancé a la cama, sin pensarlo demasiado. Había sido un día muy largo, y no quería cavilar en lo que sucedería a la mañana siguiente. Sería hora de las despedidas y..., Suspirando, me acosté lateralmente y traté de sucumbir en el mundo de los sueños. Esperaba que aquella conversación abandonase mi mente, y que al despertar pudiera retomar el que consideraba mi vida anterior.




Sujeto un termo de té en las manos que está caliente, y trato de repetir en mi cabeza lo que va a suceder en el transcurso de mi llegada. Las cosas serán de esta forma: a mediodía, nada más arribar en mi distrito, nos permitirán bajar a todos mis compañeros, incluyéndome, para regalarles un pequeño discurso al pueblo del 12. 

Después de aquello, según Janson, podré reunirme con mi familia tras el podio, en las salas privadas donde nos despedimos antes de irme a los juegos. Mi estilista no había querido soltar más prenda del tema, así que yo suponía que después de aquello, los tributos restantes marcharían de nuevo al tren a continuar su viaje hasta sus distritos mientras que yo me dirigiría, junto con Brenda, a nuestras nuevas casas en la Aldea de los Vencedores: los periodistas, los equipos de televisión, incluso Effie Trinket y Haymitch nos acompañarían. El sueño de cualquiera, sí.

Sin embargo, me extrañaba el hecho de que la hermana pequeña de Effie no hubiera aparecido todavía. Pensaba en qué a lo mejor estaría recluida en los vagones principales junto con Bellamy, quién tendría que estar conmigo en nada para mostrarme presentable en mi próxima aparición pública. Obviamente, me había dado una ducha bien merecida nada más levantarme, con agua caliente y me había enjuagado con unos cuántos jabones sintéticos con fragancia a vainilla. Mi cabello estaba húmedo, y mientras seguía tomando varios sorbos de aquella bebida caliente, algunas gotas se escurrían de este. 

Mis compañeros siguen desayunando, hambrientos, y Thomas todavía no ha llegado..., Pero es porque tiene el sueño pesado. Además, no se pierde de nada importante. Mientras observo el té, las voces a mi alrededor desaparecen y pienso en Minho.

Pienso en que ya se estará reuniendo con los demás miembros de mi familia para recibirme, y en lo mucho que le he extrañado. Un sentimiento alegre abarca mi pecho y me hace olvidar los sucesos de la madrugada; me pasa por la mente la ocurrencia de que al regresar a casa, finalmente tendrá la oportunidad de enseñarme a cazar y de que volveremos a compartir los desayunos —ahora no tan pobres— uno al lado del otro. Su rostro bailotea vivazmente en mis memorias, y sus ojos oscuros son lo último que veo antes de que Ethan me dé una palmada en la espalda cuándo pasa por mi lado. Me regala una pequeña sonrisa, y agarra con rapidez la mantequilla que tengo a mi lado. Después regresa con Heather, que está embadurnándose un montón de tostadas con mermelada de fresa.

—¿Otra vez en las nubes, Newt? —pregunta Brenda, que está sentada al frente y con una buena taza de chocolate caliente.

—Nunca bajo de ellas —le digo, para decidirme por terminar la bebida y mirar con atención los rostros animados de mis amigos.

Supongo que el hecho de volver con la gente a la que queremos, es motivo suficiente para estar de buen humor. Pronto varios avox se colocan detrás de nosotros, con nuevas jarras de distintas bebidas a esperas de qué les mandemos a rellenarlas. Alby está detrás de Teresa, quién se sienta al lado de Brenda, y cómo está al frente de mí, trata de ocultar su pequeña sonrisa al verme. La compartimos por un segundo, y pienso de nuevo en qué me gustaría hablar con el..., Pero no hay momento alguno para hacerlo.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐂𝐎𝐑𝐂𝐇 𝐓𝐑𝐈𝐀𝐋𝐒 𝐈𝐍 𝐅𝐈𝐑𝐄 | Newtmas (𝑨𝒖) ²Where stories live. Discover now