El Llanto del Lobo; Aemond Targaryen

Capítulo 32; "Oathkeeper"

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LA NOTICIA se hizo presente en el Gran Salón de Winterfell, todos los Stark, Caballeros, Vasallos y Maestres habían sido notificados.

— Esto no es el inicio de una guerra. —aclara el príncipe Jacaerys con determinación, mirando de la misma forma a los norteños. — Es solo un llamado, que el Norte está con la Reina Rhaenyra. En estos días recibiremos cuervos de Su Majestad, sabremos el arreglo que habrá entre Desembarco del Rey y Rocadragón. —asiente con su cabeza lentamente.

Rodrick, quien se encontraba escoltando a Aerith, no puede frenar su lengua.

— ¿Quién más tenemos de nuestro lado? —desconfiado mira fugazmente al Lannister. Después de todo... ese hombre... el león era aliado de los verdes.

— Mi hermano Lucerys Velaryon fue a asegurar el apoyo con Borros Baratheon en Bastión de Tormentas.—contesta el castaño, causando que un dolor punzante se manifestara en el pecho del Storm al escuchar el nombre de su padre. —También tendremos noticias sobre su decisión en los próximos días. —una fina línea termina por formarse en el rostro del de cabellera medianamente larga.

— Disculpe mi atrevimiento, príncipe Jacaerys. ¿Pero qué les asegura que Aegon Segundo otorgue el Trono de Hierro a su madre? —inquiere el muchacho sin pelos en la lengua, recibiendo toda la atención de todos los reunidos.

El joven de quince años permanece en silencio por algunos segundos.

— Su familia podría estar haciendo lo mismo que Rhaenyra Targaryen ha hecho, buscar y asegurar aliados. —las orbes azules de Rodrick viajan por todas las personas que lo observaban — Borros Baratheon es un hombre fácil de comprar. —objeta seriamente —Espero hayan ofrecido algo a cambio.

— Suficiente. —interviene la voz de Maeson Bolton— Es el bastardo del siervo... Aún le cuesta escoger las palabras adecuadas—el pelinegro entrecierra sus ojos— ¡De hecho! —el Bolton mira acusadoramente a Rodrick y a Tyrek — Deberíamos estar preocupados... dentro de nosotros hay un león y como ya sabemos el bastardo de Borros. —en un movimiento ágil desenfunda su espada y los apunta, sin importar que su esposa e hijo se encontraran entre los dos caballeros.

— ¡Maeson! —interviene la voz de Cregan al dejar de analizar la situación.

El mencionado gira a ver vacilante a su cuñado.

— ¡Estamos hablando de posibles traidores! —vocifera el Rey Rojo — Un Lannister, cuyo padre trabajaba como Consejero Naval del Rey... Por supuesto que apoya al usurpador. Hay que matarlo antes de que pague su deuda. —sonríe retorcidamente.

El Señor de Winterfell permanece consternado, pereciéndole bastantes coherentes las palabras de Maeson... Ya que, el rubio le había mentido descaradamente y le había jurado que si este lograba desmentir sus aclaraciones, lo asesinaría después de considerarlo como un traicionero.

— Esperaré su permiso para poder sentenciar su muerte, Milord. —comenta el Bolton, observando lo inexpresivo que se encontraba el rostro del Lannister , mientras que el de Aerith estaba completamente desencajado, lleno de horror.

— ¡Cregan! —chilla inevitablemente la loba roja — Derramar sangre no será una solución en este instante... Están dando por hecho algo que aún no ocurre. —pegando a su hijito a su pecho, la castaña se atreve a ser ahora el centro de atención — Míralos, son parte de nosotros. Visten nuestras armaduras, pieles e insignias. Estos dos hombres que buscan sentenciar a muerte han venido desde muy lejos para únicamente protegerme. Esta definitivamente no es la forma, los Stark no somos malagradecidos.