Capítulo 62; "My Sweet Girl"

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FUERON aproximadamente 19 días en los que el Rey se ausentó con su fuerza y estuvieron de vuelta a Desembarco del Rey con la cabeza del Dragón de Rhaenys Targaryen, no había sido posible recuperar su cuerpo porque este fue calcinado por las llamas de Vhagar y Fuegosol.

Desafortunadamente, tampoco había muy buenas noticias por parte de la Fuerza del Rey Aegon, ya que este se encontraba herido, con quemaduras de alto riesgo y su dragón incapaz de volver a volar plenamente.

Cuando llegaron a la Fortaleza el Rey fue atendido inmediatamente, sin la posibilidad de que la muerte de su esposa fuera revelada en ese momento. Sin embargo, Aemond y el Comandante fueron llamados hacia el Consejo de urgencia, para a ellos hacerles llegar la noticia.

La Reina Madre y Lord Otto, se encontraban delante de ellos con atuendos verde oscuro y semblantes tristes, el aura dentro de la sala del Cosnejo era bastante pesada, llena de tensión y sombría.

— ¿Qué ocurre? —indaga Aemond, mirando algo inquieto a su madre. Ninguno de los dos hombres mantenía un aspecto limpio, se miraban exhaustos e incluso fatigados, con claras intenciones de descansar.

Alicent ve a su hijo con un gesto abatido, deseando poder dar la noticia mentalmente.

— La Reina ha muerto. — anuncia Alicent en un hilo de voz, encontrando una fuerza inexistente para mencionarlo.

Cole y Aemond giraron a verse entre sí por pura inercia.

— ¿Quién... fue? —pregunta el tuerto secamente, pensando que podía tratarse de un asesinato en manos de los negros.

Alicent niega con su cabeza débilmente y su mirada se pierde en sus manos.

— Helaena se arrojó del Torreón de Maegor, Aemond. —explica Otto al ver que su hija era incapaz de emitir una palabra más. — Hace cinco días atrás. Hemos esperado su regreso para darle una honorable sepultura ahora que El Rey está devuelta.

Aemond no se muestra vulnerable ante la noticia, pero claro que le dolía desde lo más profundo de su corazón, era su hermana.

La sala se llena de un silencio sepulcral, lo único que logra percibir son los pequeños sollozos de Alicent, la cual estaba encorvada en su lugar, limpiando sus lágrimas con un pañuelo.

— Me temo que Aegon está indispuesto de asistir a la ceremonia. Está herido, la mitad de su cuerpo se vio afectado por quemaduras del Dragón de Rhaenys. Yo me encargaré de hacerle saber la noticia. —habla Aemond, manteniendo un tono de voz neutral.

— No. —interviene Alicent— Yo se lo diré, es mi hijo. Me necesita, ahora que... está pasando por un mal momento.

— De acuerdo, madre. —acepta el joven Targaryen— El Commdante y yo regresaremos a Harrenhal en los próximos días, lo renconquistaremos cuanto antes ahora que hemos terminado con los hombres de Rhaenyra, será pan comido.

— Sí, sí... —la pobre mujer se ve totalmente disociada — Descansen lo que puedan para regresar al campo de batalla.

— Si me disculpan, iré a ver a mi Esposa e hijo. —avisa Aemond, haciendo una breve reverencia para después retirarse del Consejo.

— Lamento lo ocurrido con Reina Helaena, Majestad. —muestra sus condolencias La Mano del Rey ante La Reina Madre y Lord Otto.

— Usted también puede retirarse Lord Comandante. —interviene el más adulto.

Criston Cole hace una reverencia después de permanecer algunos segundos en silencio y se marcha. Alicent se voltea a encarar a su padre.

— Iré a ver a Aegon y quizás le explique lo que ha ocurrido con Helaena, padre.

El Llanto del Lobo;  Aemond TargaryenWhere stories live. Discover now