Abi venció, o al menos de esa manera lo sintieron todos cuando vieron a Kagome bañada en sangre mientras esperaba noticias. Abi apuntó a su punto de quiebre, Abi jugó bien sus cartas, pero nada de eso le bastará porque Kagome ya no le importa tener...
En mi perfil pueden encontrar una historia corta, regalo de San Valentín, titulada: San Valentín a tu lado.
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Inuyasha
Las voces que escucho son las que me despiertan del sueño que tengo, mis parpados pesan cuando intento abrir mis ojos, el pitido de un aparato me hace fruncir el ceño cuando intento abrir los ojos de nuevo, las voces se alejan y luego solo queda todo en completo silencio. Me relajo mucho y cuando abro los ojos, me toma muchos minutos poder enfocar lo que hay a mi alrededor. Estoy en un hospital, eso es lo primero en lo que me doy cuenta cuando encuentro cables conectados a mi cuerpo por todas partes. Intento moverme y al tensar mi abdomen un gemido de dolor se escapa, entonces recuerdo lo que ocurrió.
Hoyo, ese maldito hijo de puta.
Trato de calmar la furia que recorre todo mi cuerpo cuando recuerdo a ese maldito infeliz. Mi cuerpo me pide, no, más bien me exige que no haga movimientos bruscos y eso es lo que hago. Miró todo extrañado de no encontrarme con nadie, así que me permito tratar de pensar en lo que pasó.
La junta, luego de eso fue ese maldito encuentro, fui muy idiota al no poner las medidas correctas. Dentro de mi lugar de trabajo, no puedo creer lo inocente que fui.
Hago una mueca y solo pienso en las horas que debo haber estado aquí, seguramente mi esposa está preocupada por mí al igual que mi familia. Intento hablar, pero mi garganta se siente tan seca que me lastima. Me quedo en silencio y entonces una chica vestida de enfermera entra pareciendo sorprendida de encontrarme despierto.
—A...gua—pido con voz pastosa. Ella de inmediato deja la tabla en sus manos sobre la cama para acercarse a buscarme un vaso de agua. Con cuidado me ayuda a incorporarme y me ayuda a beber el agua con cuidado. Eso hago agradeciendo el líquido que pasa por mi reseca garganta.
—Despacio—me susurra la chica y le hago caso, lo último que necesito es morir ahogado.
Ya que no morí desangrado por las apuñaladas, menos quiero morir por beber agua.
—Gracias—hablo cuando ella aleja el vaso de agua y lo deja sobre la mesa. La veo tomar de nuevo la tabla y sonreírme.
—Llamaré al doctor, tienes a muchas personas esperando porque despertaras—me hace saber sonriendo. No espera que responda y sale de la habitación para un minuto después volver a entrar junto con un doctor que se ve bastante apuesto, frunzo el ceño al pensar en un hombre así de apuesto cerca de mi esposa.
—Señor Taisho, es un milagro que usted esté aquí con nosotros—me dice con una sonrisa—le haré un chequeo rutinario para ver si todo está bien, necesito revisar si su cabeza sigue correcta, ¿bien? Yo le haré un chequeo normal, pero mi colega le hará revisión a que todo esté bien—lo miro de arriba hacia abajo, el maldito se ve bien.
