Abi venció, o al menos de esa manera lo sintieron todos cuando vieron a Kagome bañada en sangre mientras esperaba noticias. Abi apuntó a su punto de quiebre, Abi jugó bien sus cartas, pero nada de eso le bastará porque Kagome ya no le importa tener...
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Inuyasha
—Esto sabe asqueroso—la voz de Rin me hace elevar la vista hacia la mueca de asco que permanece en su rostro. Sesshomaru frunce el ceño observando como Rin mira la comida en su plato—voy a vomitar—lo anuncia y cuando hace una arcada, a mí también me da nauseas por lo que busco el baño más cercano devolviendo mi desayuno.
Escucho a Sesshomaru maldecir mientras le habla a Rin, pero yo estoy muy ocupado recuperándome del asco que me da el vómito. Cuando me siento mejor busco un cepillo dental nuevo y comienzo a cepillarme, aun con la sensación del vomito.
Cuando salgo veo a Rin acurrucada contra Sesshomaru. Enarco una ceja sentándome, no entiendo realmente la razón de por qué me llamaron, pero fue bueno para distraer mi mente luego de la pequeña discusión con Kagome esta mañana. Mi esposa me ha ignorado desde que se marchó de casa.
Suspiro y miro mi teléfono, Kagome sigue en la empresa por lo que me relajo. Sesshomaru se ríe junto a Rin sin dejar ir las manos del vientre de mi cuñada. Sonrío sin poder evitarlo, aunque Rin pidió unos días libres de su trabajo ya que sus síntomas apenas y la dejan respirar. Se marea todo el tiempo y los vómitos son un caso serio, de hecho, está bajo supervisión médica porque Sesshomaru así lo pidió.
—Rin y yo nos casamos—escupo el agua que bebo mirando a mi hermano con sorpresa. Rin se ríe divertida de la cara de idiota que debo de tener.
—Bien, fingiré que no estoy sorprendido. ¿Cómo? ¿Cuándo?——Rin es quien me guiña un ojo.
—No quería una boda grande, así que convencí a Sesshomaru de una boda por la iglesia solo nosotros y la civil, queremos hacer una pequeña celebración con la familia, pero yo no sé cómo decirle a mi padre que me case y no lo invité y Sesshomaru teme que Izayoi lo saque la herencia—me rio porque eso es lo que posiblemente pasará.
Mamá estará cabreada.
—Bueno, yo no me quejo. Todo será para mi—sonrío contento y Sesshomaru me lanza un cojín.
—No sé cómo Kagome soporta tus bromas, son malísimas—ruedo los ojos—hablando de mi cuñada odiosa, ¿donde está? Según escuché tú has estado sobre ella como un cavernícola últimamente—me rio y paso las manos por mi pelo.
—Ella había estado sintiéndose mal, pero odia que esté sobre ella todo el tiempo. Al menos no de la manera en que estaba—Sesshomaru se ríe cuando comprende a qué me refiero.
—¿Que dijo el médico de los vómitos? ¿por qué sigues teniéndolos?—suspiro y miro mi teléfono para no tener que mentirle mirando a los ojos.
—Los medicamentos, a veces pasa eso, me lo dejó en claro, pero todos mis exámenes salieron perfectos—aseguro. Sesshomaru asiente.
