Abi venció, o al menos de esa manera lo sintieron todos cuando vieron a Kagome bañada en sangre mientras esperaba noticias. Abi apuntó a su punto de quiebre, Abi jugó bien sus cartas, pero nada de eso le bastará porque Kagome ya no le importa tener...
Recuerden ser buenos con los votos y comentarios, besos.
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Me estaba gustando la cena que estábamos teniendo. La manera en que veía la sonrisa de Shippo hacia su novia, la chica que es bastante habladora y tiene un carisma que me hace saber que fue quizás su personalidad lo que ocasionó que Shippo simplemente no tuviera oportunidad de no caer por ella.
Y además está el factor de que mi esposo parece un horno andante, es divertido y excitante saberlo así de caliente, porque mientras más lo provoco, sé que mejor follada me dará.
Yo lo veo como un ganar, ganar.
Así que de verdad no me esperaba cuando todo se vuelve un caos, cuando tengo a Inuyasha y a mis hombres rodeándonos, cuando me siento enferma al saber que Shippo o su novia pudieron salir lastimados, pero gracias al cielo no es el caso.
Escucho como quieren que pasemos a una zona segura y cuando levanto la vista para ver el caos que hay, me tenso y sé que me pongo totalmente pálida cuando doy con la presencia femenina que al igual que yo, queda completamente paralizada.
Tenía años, muchísimos años sin verla y aún no ha cambiado demasiado. Mi labio tiembla y tengo que morderlo para que deje de hacerlo. Siento mis piernas débiles y son los brazos de Inuyasha quienes me sostienen cuando siento que pierdo el equilibrio.
El sentimiento de culpa regresa con tanta fuerza que duele muchísimo. La mujer está llorando y hay un hombre a su lado que no reconozco. Ella no aparta la mirada de mí y siento la imperiosa necesidad de bajar la cabeza porque siento vergüenza mirándola a la cara en este momento.
Su pelo antes negro tiene mechones plateados, ella aún se mantiene en forma, aunque el vacío que hay en su mirada me recuerda a mí, tanto que duele. Va vestida de manera elegante y me da una sonrisa de boca cerrada. Siento que me falta el aire, pero me mantengo en mi lugar solo porque es mi esposo quien me mantiene.
Kara... la madre de Kanna es la persona que está frente a mí.
La madre a quien mis decisiones le quitaron una hija, una mujer que no me permitió estar en el funeral de mi amiga, que me demandó, que me dijo cosas horribles en el pasado que aún me hieren y sé que dentro de ella hay muchísimo resentimiento hacia mí porque su hija no tuvo la justicia que ella quería.
—Mamá quiere que en mi cumpleaños hagamos solo una salida—los labios de Kanna se contraen en una pequeña muesca que me divierte, ella continúa pintando sus uñas de un bonito morado que le queda lindo.
—¿Y tú que quieres?—cuestiono con curiosidad. Kanna se queda pensando y luego me mira divertida.
—Un novio estaría bien—asegura y le lanzo un cojín divertida por sus palabras.
