Abi venció, o al menos de esa manera lo sintieron todos cuando vieron a Kagome bañada en sangre mientras esperaba noticias. Abi apuntó a su punto de quiebre, Abi jugó bien sus cartas, pero nada de eso le bastará porque Kagome ya no le importa tener...
Les quiero agradecer un montón a todas las personitas que estuvieron escribiendome para saber si estaba bien, que si lo estoy. Muchisimas gracias por lo buenos deseos y la manera tan linda en que se han comportado, tambien por la paciencia que me han tenido con estas desaparecidas que me estoy dando.
Ahora, quiero aclarar algo. Algunas personas me han escrito hablandome como si tuviese la obligación de actualizar los libros que tengo. Que no es así, así que pido respeto ante todo. No estoy obligada a actualizar, escribir es algo que me gusta y lo hago cuando puedo.
Lamento decirles que mi vida es un poco caotica, no tengo tanto tiempo libre como antes donde podía actualizar hasta tres veces por semana, ya no es así y espero que lo respeten. Los capítulo pueden tardar en actualizarse o lo harán seguido, eso es depende el tiempo y la motivación que tenga en ese momento.
Nunca dejaré el libro a medias, aunque me tarde, lo terminaré. No me gustan las cosas sin concluir, así que pido paciencia.
Siendo eso todo, espero que disfruten mucho del capítulo. Besitos.
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Inuyasha me mira en espera de una respuesta, pero yo solo asiento una vez hacia mi tío soltándome de él, su mirada es incrédula cuando camino alejándome hacia la entrada. Siento pasos detrás de mí, pero solo camino erguida hacia el exterior de la casa. Puedo ver a Bankotsu fuera de la casa con un tabaco en los labios, él me sonríe de la misma manera en la que siempre lo hacía en el pasado, yo solo suspiro y en pasos determinados me acerco a él.
—Felicidades por tu matrimonio—es lo primero que dice al acercarme—me dijeron que mi linda exnovia ha estado intentando contactarse conmigo y me dije qué tal si la visito—se ríe como si todo fuese muy divertido.
—Dudo que tu largo viaje hasta aquí se deba a tus ganas de felicitarme—comento con una sonrisa hipócrita en los labios.
—En eso tienes la razón, siempre tan inteligente, por eso siempre tuve un gusto culposo por ti—escucho un gruñido, sé que Bankotsu busca fastidiar a Inuyasha, pero yo no me pierdo detalle del hombre frente a mi—pero como ya eres una mujer prohibida, no puedo hacerte unas propuestas que estoy seguro de que te harían reconsiderar la vida de cansada—me guiña un ojo antes de darle una calada profunda al tabaco en sus labios.
—Si quieres que hablemos tendrás que dejar que te revisen, no me fio de ti—le hablo ignorando todas las pullas que le tiró a Inuyasha y sé que, si me doy media vuelta para ver a mi esposo, este tiene que estar rojo de la rabia.
—Me dejaré revisar, pero... solo si eres tú quien lo hace—sonrío y doy un paso al frente.
—Acércate entonces—él lo hace bajo la atenta mirada de mis hombres, los hombres de Bankotsu no hacen movimiento mientras lo ven adentrarse a nuestro territorio.
