Capítulo 25

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Trayendo un nuevo cap, pero antes de irnos al salseo, desde donde estoy les deseo a todos mis lectores de Ecuador que estén bien y que las atrocidades que sufre su país mejoren, sé que nada se puede lograr solo con lo que pido ahora, pero espero de todo corazón que estén bien y que sus familiares y amigos tambien. No me imagino lo doloro y traumatico que debe ser todo en este momento para ustedes, pero aquí siempre tendrán una escritora y amiga para lo que necesiten.

Por lo tanto, este cap hoy no se dedica a nadie más que a los lectores de Ecuador.

Espero que disfruten y no se olviden de dejar al menos un comentario en cada capítulo, eso ayuda a los escritores a mejorar, así que cooperen. Ahora si, disfruten.

El lugar donde se desarrolla la fiesta es simplemente magnifica, todo el lugar tiene una decoración bastante impresionante que ocasiona que mis ojos queden maravillados

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El lugar donde se desarrolla la fiesta es simplemente magnifica, todo el lugar tiene una decoración bastante impresionante que ocasiona que mis ojos queden maravillados. Inuyasha toma una copa para él, yo tomo una solo para disimular, posiblemente mi esposo es quien va a terminar bebiéndose el contenido de esta.

Disimulo que me siento incomoda con lo que tengo entre las piernas, pero me mantengo tranquila para que la sonrisa de mierda de Inuyasha no crezca, no le daré el gusto de verme mal.

Él se acerca a unos hombres que lo saludan entusiasmados, yo sonrío con tranquilidad.

—Ella es mi esposa, Kagome—me presenta con tanto orgullo que me hincha el pecho.

Todos me saludan con amabilidad y pronto se enfrascan en una conversación sobre deportes, sé de qué va la fiesta y aunque no esté en mi habitual rutina, disfruto viendo a Inuyasha hacer algo que le apasiona. Me quedo embelesada viendo hablar con tanta seguridad y entusiasmo, es que este hombre podría convencer a cualquiera cuando habla así.

Muerdo mi labio inferior sin quitarle los ojos de encima. Cuando pasan muchos minutos se despide y seguimos caminando por la fiesta.

—¿Aburrida?—cuestiona divertido cuando me acerco a la mesa de bocadillos, tomo algunos dulces y me los como con hambre.

—Para nada, es interesante—respondo cuando trago. Inuyasha sonríe tomando una fresa y metiéndola en el chocolate derretido, me la tiende y abro mi boca probándola. Él parece deleitado viéndome comer, sé que le gusta cuando no me limito en lo que como, si fuese por él estaría rodando por todo el lugar.

—No es el ambiente que te gusta—me recuerda y yo me acerco hasta él dejando un beso en sus labios.

—Es el que te gusta a ti, solo por eso ya es importante y me gusta—sus ojos brillan y toma mis manos besando mis nudillos. Sonrío y lo abrazo, él besa mi frente y me lleva hacia otras personas.

Dudo que pueda retener el rostro y los nombres de las personas que me presenta porque son muchos, pero al menos la gran mayoría son personas agradables que no me hacen sentir incomodas, todo lo contrario, me tratan con mucha amabilidad.

Travieso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora