Abi venció, o al menos de esa manera lo sintieron todos cuando vieron a Kagome bañada en sangre mientras esperaba noticias. Abi apuntó a su punto de quiebre, Abi jugó bien sus cartas, pero nada de eso le bastará porque Kagome ya no le importa tener...
Mis amores, recuerden que hoy tenemos triple actualización.
Por lo que deben comentar y votar varias veces.
Besitos y disfruten.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Inuyasha
Tsubaki me observaba con oscura diversión mientras se desplaza por todo mi despacho mirando con curiosidad todos los detalles que tengo. No menciono palabra alguna mientras ella llega hasta mi escritorio tomando el marco del portarretrato donde la imagen de Kagome conmigo aparece en todo el plano. Ella comienza a detallar a mi esposa y su sonrisa cae un poco cuando se da cuenta de que, aunque ella sea bonita, contra Kagome no tiene oportunidad. Aunque, ninguna mujer tiene oportunidad contra Kagome, al menos no ante mis ojos.
Tsubaki se queda totalmente en silencio mientras espero que hable, realmente no quiero tener nada que ver con esta mujer, de hecho, aunque me duelan los chicos, de parte de Tsubaki no pienso aceptar nada. Ella no tuvo buenas intenciones en el pasado, dudo que ahora mágicamente las tenga.
Ella es una mujer caprichosa, su padre le ha dado todo en esta vida, así que siente que puede venir hasta donde cualquiera y que todos haremos lo que ella quiere. No sé con qué intenciones ha venido esta vez, pero si su objetivo soy yo, ella ha perdido desde ya.
—Es bonita—menciona Tsubaki dejando la foto donde mismo la encontró—aunque un poco simple si me lo preguntas —finjo una sonrisa mientras ella se sigue desplazando por todo el lugar.
—Es una suerte que no te haya preguntado y que mi esposa es sumamente hermosa—la sonrisa se Tsubaki se borra ante mis palabras.
—¿Esposa?—murmura contrariada, como si la sola idea fuese algo horrible.
—Si, estoy casado. Tsubaki, ¿qué es lo que buscas aquí?—cuestiono mirándola con reproche. Ella muerde su labio inferior y da pasos acercándose hasta mí, la miro con fastidio mientras ella comienza a juguetear con su pelo de una manera en la que muchos hombres considerarían que es hermosa, pero Tsubaki es de esa clase de mujer que mientras más lejos esté, mucho mejor.
—Vengo por los chicos es obvio, mi padre quiere invertir en ellos. Dice que estos muchachos tienen futuro a tu lado, que tienes visión y, sobre todo, que quieres lo mejor para ellos. Yo lo estoy representando—me quedo en silencio cuando ella de su cartera saca un perfume y comienza a echárselo. Hago una mueca de disgusto y ella se ríe antes de rosearme con el, me aparto asqueado cuando el olor empalagoso me recorre por completo.
—No quiero nada que tenga que ver contigo Tsubaki, si tu padre quiere invertir, dile que será mejor que nuestros tratos sean entre nosotros, no a través de ti. Sinceramente no quiero tenerte para nada cerca de mí, tu presencia no es de mi agrado, tú no eres para nada de mi agrado.
—Así que de ti no quiero nada, solo que desaparezcas de mi vista. Yo no olvido lo que hiciste y el muy mal momento que pasé contigo, así que por respeto a tu padre te pido que te vayas tranquilamente, porque si no fuese por él, te echaría como te mereces—ella suspira como si no estuviese haciendo o diciendo algo que le gusta.
