Abi venció, o al menos de esa manera lo sintieron todos cuando vieron a Kagome bañada en sangre mientras esperaba noticias. Abi apuntó a su punto de quiebre, Abi jugó bien sus cartas, pero nada de eso le bastará porque Kagome ya no le importa tener...
Regresé como lo prometí, lo cierto es que ando algo enfermita así que me deben tener paciencia.
¡Toca doble actualización!
Espero que disfruten del todo el drama que se viene.
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Estoy algo ansiosa.
Inuyasha es consciente de eso porque no mi pierna parece tener vida propia y no deja de moverme mientras vamos en coche. Tengo una sensación dentro de mí que no ha desaparecido desde que comenzó el día, aun cuando Inuyasha me distrajo en la noche, nada fue capaz de hacerme caer rendida. Por lo que ahora tengo unas pocas horas de sueño y muchas ganas de vomitar.
Inuyasha coloca su mano en mi muslo para calmar el movimiento rápido y giro a mirarlo, él me regala una pequeña sonrisa y vuelve la vista hacia la autopista ya que es quien está conduciendo el coche.
—Cálmate—las palabras dejan sus labios en una orden suave, pero firme. Mi pierna deja el movimiento y miro hacia fuera, por la ventana. Hay una sensación extraña en mi cuerpo, como si esto ya lo he vivido antes.
Ya los hombres de mi tío inspeccionaron el lugar por lo que no hay peligro para mí, sin embargo, mi tío está siguiéndole la pista a Bankotsu y también a Hoyo, quien parece que luego de lo que le hizo a Inuyasha se lo tragó la tierra.
No hay un solo rastro de él, su novia tampoco sabe de su paradero y tengo mucha rabia hacia él, pero también quisiera saber cómo es que él tenía relación con Camaleón. A veces me asquea como pensaba que tenía el control, pero estaba rodeada de personas horribles.
—Solo estoy un poco ansiosa, nada grave—me encojo de hombros. La casa de la familia de Ken está bastante retirada, por lo que nos toma horas llegar. Los hombres de mi tío abren la puerta principal e Inuyasha conduce hasta estacionar el auto.
Me quito los lentes de sol colocándolos en mi cabeza. Parpadeo y me fijo en la imponente casa que se levanta frente a mis ojos. Inuyasha se acerca con tranquilidad y coloca una mano en mi cintura.
Uno de los hombres de mi tío se acerca a nosotros, sus ojos fríos y porte de matón me hace saber que es peligroso, por no mencionar el aura de: me miras y te mato.
—Ya revisamos la casa, no hay personas en ella, no encontramos trampas, pero el jefe dijo que andemos con cuidado, nadie sabe lo que se pueda ocultar—asiento en comprensión—así que le pido que mire bien y tenga cuidado, estaremos rodeando el perímetro—anuncia y haciendo un movimiento con la cabeza, se aleja.
La enorme casa de dos plantas color blanco, me recuerda a algo que no sé cómo ubicar en mi memoria. Me adentro y de inmediato estornudo cuando el polvo se levanta. Al parecer nadie la ha visitado luego de que la familia de Ken desapareciera, según los informes se fueron de vacaciones al caribe y nunca volvieron, aunque estoy más tentada a creer que ocurrió algo diferente.
