Lunes de nuevo, había caído en cuenta que logró sobrevivir una semana e iba por la segunda.
Sin duda el primer día de la semana no sería su favorito, y no por el hecho de que fuera lunes, él sabía tolerarlos y hasta a veces le gustaban un poco.
Si no fuera por la maldita clase de historia todo estaría bien.
-¿un ocho?-casi pregunta por instinto cuando ve el gran número en rojo sobre su hoja de ensayo-mi ensayo tiene 5 hojas tal y como dijo, la información correcta y la estructura de un ensayo.
La maestra le ve como de costumbre entre arriba de sus anteojos anticuados antes de bajar la mirada a las demás hojas sobre el escritorio.
-joven Todoroki, debe saber que no acepto trabajos con mala caligrafía, corrija su letra y podrá obtener una calificación más alta.
-mi caligrafía es buena, tuve un curso de ello en mi clase pasada.
-seguimos reglas diferentes que en su prestigiosa escuela pasada joven.
-pudo habérmelo dicho antes.
La maestra para su acomodo de hojas y lo ve severamente.
-no me conteste de esa forma joven Todoroki, ¿quiere tarea extra? ¿O un citatorio? Quizá quiere que le baje puntos en conducta.
-n-no pero...
-entonces compórtese como un buen omega y mantenga la boca cerrada.
Shōto aprieta los labios mirando a la maestra, estaba más que intimidado, sorprendido por lo que había dicho su vieja maestra, siente el rostro caliente cuando siente todas las miradas sobre él.
-disculpe maestra-masculla bajo.
-véte a sentar.
Asiente y da la vuelta, con la mirada en el piso, parpadea lentamente para evitar que las lagrimas broten, se sienta y pone su nota sobre el escritorio, la maestra sigue nombrando a los demás alumnos para que pasen por su nota como si nada.
Sin que alguien hiciera algo, nadie era su amigo, solo era un simple desconocido, nadie arriesgaría el pellejo por un recién llegado así que se siente como un idiota cuando creyó por un momento que alguien le defendería. Como decía, maldito lunes.
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Esta bien, el día apenas comenzaba, dejaría pasar aquello y guardaría su enojo para después, quizás cuando llegue a su casa golpe su puño contra su almohada, quizás dibujara el rostro de su maestra y lo pegara en ella.
Ahora no tenía tiempo para pensar en eso, debía correr al laboratorio de química para que su profe le de su material inicial del proyecto.
Se arrepentía de haberse ofrecido pero ya no había vuelta atrás.
-buenas días, puedo pasar-toca la puerta antes de poder pasar, el profesor de química revisaba algunos papeles en su escritorio y cuando le ve asiente dándole el pase.
