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-¿sucedió algo hoy en la escuela Shōto?

Mira a su hermana, puede notar sus preocupados ojos sobre él mientras se esfuerza en mover un poco sus palillos y probar bocado de su soba frío.

-la maestra de historia me llamó la atención hoy.

-¿qué pasó?

-se me cayó un lápiz. 

-viejilla estirada hija de puta...

-Natsuo, ese vocabulario-lo reprende su padre.

-dime que no pensaste lo mismo papá-Enji solo lo ve de reojo y sigue comiendo.

-está bien, creo que tendré que soportar peores personas, ¿no?

-no debería ser así Shōto.

El omega suspira rendido, no quiere iniciar una pelea en la mesa, suficiente tuvo con su pesado día, la cabeza le dolía y solo quería dormir, juraba ver motas moradas atravesarse en su visión.

No quiere pensar que el color era por pensar en ese atormentante momento fuera de la escuela en la salida.

-termine, ¿puedo ir a mi habitación?

-ve Shōto-Fuyumi asiente rendida, el plato a mitad de comer le decía que algo iba mal, le preocupaba que su hermano había salido con un buen humor inusual en la mañana y regresara repentinamente deprimido.

-Fuyumi tu...

-Hablaré con el papá, no te preocupes-Fuyumi asiente para calmar a su papá.

Sabía que el hombre no lo estaba pasando bien, el rechazo de su hijo a él le afectaba, tanto sentimental como físicamente, podía oírlo levantarse más temprano de lo normal por culpa del insomnio, sus grandes ojeras le hacían lucir más viejo y pasaba más tiempo en la oficina y si este problema no se arreglaba pronto, se volvería más crítico el asunto.

Fuyumi seca sus manos con una servilleta antes de subir las escaleras hacia la habitación de Shōto, se para frente a su puerta y toca con delicadeza.

-pase.

Cuando abre la puerta ve Shōto envuelto en cobijas dentro de su futón, Ppī descansaba en los pies del futón. 

-¿no quieres un té Shōto?

-acabamos de comer Fuyumi.

-nunca es mala hora para un té.

Shōto niega y ve a su hermana-¿qué paso? Papá te mando, ¿cierto?

Fuyumi aprieta los labios tambaleando su cabeza nerviosa por ser atrapada.

-el solo está preocupado. Deberían tratar ese problema que ambos tienen...

-no quiero hablar de eso ahorita, me duele la cabeza.

Fuyumi asiente y toca su frente con su mano y niega aliviada-no tienes fiebre, eso es bueno.

-solo estoy cansado.

-ya veo, pero hay algo más, lo sé, es mi intuición de hermana.

-eso no existe.

-¿entonces por qué te estoy preguntando?

Shōto la ve acusadora pero niega rendido-¿si te digo le dirás a papá?

-seré una tumba-promete y Shōto asiente sentándose en el futón.

-Fuyumi, si te digo esto, es porque confío en que sabrás decirme que debo hacer y porque como mi hermana se que harás que me sienta mejor, amo a Natsuo pero él no sabe sobre temas de relaciones.

Entre Pinos y Rosas -DekutodoWhere stories live. Discover now