41

273 53 21
                                    

Había decidido que Hitoshi lo obligara a acompañarlo a una cena de negocios no estaba tan mal, se despejaría y tomaría algo de aire fresco porque le dijo que sería en un jardín la cena.

Hasta que vio que el hermoso jardín con piscina era la casa de Shōto y empezó a sudar frío cuando se vio frente a la gran mansión del omega que no había visto en semanas, no había tenido de otra más que entrar, ya estaba ahí y Hitoshi le jalaba hacia adentro emocionado agradeciéndole que le haya acompañado porque así sería más divertido para él.

No sabía cómo una cena de negocios sería divertida, aunque Hitoshi sabía bien cómo hacerla divertida para su conveniencia.

Había estado sentado todo el rato, tomando bebidas y bocadillos caros, aunque la cena había estado demasiado deliciosa, y empezaba a divagar.

¿Shōto abra ayudado a preparar la cena? ¿Donde estará él omega? ¿Se lo topará en algún momento? Se sentía paranoico cuando de repente veía a los hermanos de Shōto pasar cerca de él o hasta su padre cuando saludo al padre de Shinsō, se puso de piedra y dio gracias a que el gran alfa cabecilla no le alcanzó a notar.

Pero de Shōto ni un alma.

O hasta que Hitoshi regreso corriendo apurado haciendo que su cara blusa de tul con perlas incrustadas se moviera con poca gracia, lucia una sonrisa extraña, como si acabara de cometer una travesura de niño pequeño, le jalo para que se levantara.

El chisto los diente fastidiado cuando vio que Shinsō no pararía hasta que él le hiciera caso.

-¡vamos Izuku! ¡Quiero bailar ya!

-pero hace unos segundo decías que no bailaríamos si yo no quería, te dije que no estaba de humor y aún así vine, confórmate-se queja sin moverse mucho de su lugar.

-eres un maldito amargado-Shinsō se cruza de brazos enojado, pero aún así movía su pie apurado.

Izuku le ve extrañado por la insistencia antes de suspirar rendido levantándose-Bueno, solo una canción.

Si, una canción ¿que tan malo podría ser? Se había dicho y todo iba bien, estaba seguro que la canción ya iba a terminar y se sentía aliviado por eso.

Y entonces lo vio, él también lo vio, ambos levantaron la vista al mismo tiempo y se toparon casi de frente cuando él omega daba una vuelta.

No tuvo tiempo de reaccionar y ver cómo Inasa sostenía a Shōto de la espalda baja mientras bailaban, vio a Shōto parar de bailar y verlo con ojos indescifrables pero sorprendidos.
Shinsō aún le hacía bailar, no sabía si no había notado su repentino cambio y él estaba demasiado pasmado para seguir bailando.

Él omega pelimorado claro que sabía lo que sucedía, tan pronto se había parado para ir por una bebida vio a Inasa y Shōto pararse a bailar y corrió de regreso para ir por Izuku.

Estaba harto de que él alfa solo se quejara y hablara de Shōto, hasta dormido lo hacía, era momento de que viera como él omega avanzaba y hacía su vida sin él, y él debía hacer lo mismo ahora.

Además tenía otros planes, así que cuando está seguro que están lo suficientemente cerca, tiene la suerte que un mesero pasa por su lado y mete el pie de manera disimulada, aunque alcanza a ver cómo Shōto desvía la mirada de Izuku a él en el último segundo y está seguro que este vio su maliciosa sonrisa y las malas intenciones.

-¡Shōto!

-¡como lo siento joven!

El mesero empieza apurado a disculparse, pero Shōto ni siquiera le presta atención, ve angustiado la blusa de seda llenarse cada vez más de vino tinto y algunas otras bebidas.

Entre Pinos y Rosas -DekutodoWhere stories live. Discover now