Entre Pinos y Rosas -Dekutodo

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-hola Izuku. 

Cierra el casillero con fuerza, no puede evitar arrugar la nariz incómodamente, aún había un poco de rosas pegadas en su nariz y el olor a uvas lo había opacado hasta desaparecerlo.

-Hola Hitoshi.

Da la vuelta encarando al omega, Hitoshi eleva una ceja por el tono de voz pero decide ignorarlo por el momento y sonríe amistosamente.

-¿almorzamos juntos? No he hecho algún amigo aún.

Ahora es el turno de Izuku para arquear una ceja. 

-¿no era que te gustaba almorzar sin amigos?

-Bueno....-rasca su nuca-tu y yo no éramos amigos exactamente, creo extraño un poco tu presencia.

-Bueno...tuviste todo un año para quitar esa mala costumbre. 

-vamos Izuku, no podemos seguir así, somos humanos, los dos la cagamos y yo solo quiero arreglar las cosas, ni siquiera me has volteado a ver desde la primera vez que te vi y te salude. 

-que querías que hicieras Hitoshi, mentiste  descaradamente en mis narices y frente a Shōto.

-fue impulsivo lo se, y ya me he disculpado con Todoroki, ¿no te lo ha comentado?

Midoriya guarda silencio un momento antes de negar.

-no lo hizo.

-pues me he disculpado y me gustaría que lo supieras. No planeo meterme más donde no me llaman.

Shinsō hace una mueca avergonzada y aprieta la correa de su bolso, con la mano sobrante esconde el leve sonrojo en sus mejillas.

-soy una mala persona, ¿verdad? Siempre lo supe, desde el momento en que te dije que eras como un monstruo frente a todos Izuku-el alfa se tensa por el recuerdo-desde el momento en que cambie tu amor por las drogas y Dabi. No merezco tu perdón.

Izuku aprieta los labios cuando ve los ojos cristalizados de Shinsō y suspira sintiéndose un poco culpable.

Carajo, tenían solo 17 años, Shinsō no debería estar diciendo ese tipo de cosas sobre si mismo, ellos no deberían tener este tipos de peleas, conocía al omega desde que ambos tenían solo 11 años, le acompañó en sus momentos más difíciles y a pesar de todo había tenido buenos momentos gracias a él, descubrió que le gustaban varias cosas que nunca se habría atrevido a probar si no fuera porque Shinsō le había insistido que arriesgara.

-deja de denigrarte de esa forma por favor Hitoshi.

-lo merezco. Solo pienso en mí mismo, soy muy egoísta. 

-nadie merece eso, aún si lo que has hecho no estuvo bien, solo somos jóvenes supongo, cometemos errores todo el tiempo y de ellos aprendemos y tú parece lo has hecho de ellos, deja de martirizarte por cosas que ya fueron.

-siempre has dicho cosas muy sabias-Shinsō le alaga y limpia una lagrima traviesa-bueno...solo quería que supieras eso, que lo siento mucho con ambos, no intervendré más en sus caminos. Pediré mi cambio a Shiketsu hoy por la tarde.

Se da la vuelta e Izuku lo ve alejarse cada vez más, con la cabeza caída parecía completamente derrotado.

Eso le calaba en su corazón aún si quería decir que no, no negaría que le dolía ver al chico que creció con él así.

-espera Hitoshi...-Aprieta los ojos y suspira, agita su mano para que se acerque a él-quizás...por esta vez, podemos almorzar juntos, hoy hay algunos descuentos en la cafetería, además se me han terminado los cigarros.