Capítulo 66. Para los dos

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—Me alegro de que por fin podamos reunirnos en persona de nuevo— dijo Megan emocionada cuando Austin y Ally entraron por la puerta de la antigua sala de ensayos.

—Yo también, las reuniones virtuales desde casa de mi madre son un caos, ¡no entiendo cómo es que siempre hay tanta gente allí!— se quejó Trish.

—Bueno, ¿por dónde íbamos?— quiso saber Austin mientras agarraba un café helado de la nevera.

Megan miró a Dez y a Trish, sobre todo a esta última y tras fingir que miraba sus notas dió una respuesta algo vaga.

—Al principio del verano, justo después de... esas cosas...

•Miami, 2015•

Estaba siendo el peor verano que Ally recordaba. Peor que ese en que su padre no quiso dar el aire acondicionado en la tienda y hacía tanto calor que los instrumentos de metal quemaban al tacto. Peor que la primera vez que su madre se fue a África. Peor que cuando cancelaron el campamento de manualidades.

Casi no había salido de su casa en los últimos dos meses. Trish solía pasar el día con Chuck, que había vuelto de la universidad; y Austin andaba siempre ocupado.

Se sentía muy preocupada por su novio, había algo que no estaba bien entre ellos últimamente. Tenía miedo de que estuviese engañándola con otra, pero eso no podía ser verdad, Austin y ella se querían demasiado.

Se había recogido el pelo en una cola de caballo para no mordérselo. La respuesta al mensaje que acababa de enviarle a Austin preguntándole si quería salir a pasear por la playa y tomar un helado había llegado y no era en absoluto lo que esperaba. O mejor dicho sí era lo que esperaba, pero no lo que quería leer.

«Lo siento, estoy muy ocupado, esta noche me paso por tu casa un rato ¿de acuerdo?»

Ally tuvo la tentación de decirle que no, al fin y al cabo cada noche que iba acababa marchándose en menos de una hora de lo cansado que estaba. Pero no pudo hacerlo, eso solo conseguiría separarlos aún más.

«Claro, podemos pedir pizza»

Austin solo contestó con un emoticono de una cara sonriente y suspirando frustrada Ally dejó caer su teléfono a la cama.

¿Qué le estaba pasando? Cada vez que intentaba preguntarle el motivo por el que casi no tenía tiempo para ella su novio solo contestaba con evasivas y se estaba empezando a hartar de esa actitud.

El sonido de un mensaje entrante se escuchó cinco veces seguidas y la chica se abalanzó sobre el móvil imaginando por un segundo que era él pidiéndole perdón y accediendo a su cita en la playa. Pero se trataba de Trish.

«Chuck tiene hoy la fiesta de cumpleaños de su mejor amigo»
«No quiero ir»
«¿Te apetece hacer algo?»
«Cualquier cosa antes que ver a ese idiota»
«Creo que no le gusta que esté saliendo con Chuck»

«Sí por favor»
«Necesito salir»
«¿Nos vemos en el club de playa sobre las 6?»

«Perfecto»
«Necesito una sesión de fotos»
«Mira lo que me acabo de comprar»

Después de ese mensaje añadió un selfie con unas gafas de sol extremadamente grandes pero que aún así le quedaban genial.

•••

Más de media hora más tarde de lo que habían acordado llegó Trish con paso seguro pero sin darse prisa. Sabía perfectamente que Ally estaba acostumbrada a que no fuese muy puntual.

—Lo siento— dijo sin sentirlo —necesitaba un vestido playero que combinase con las gafas.

—Son increíbles, ¿me las puedo probar?

When Future Becomes Past.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora