Capítulo 74. Gracias por todo

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—Que alguien vaya a llamar a Austin o vamos a llegar tarde— dijo Mike desde su coche.

Trish jugaba con la radio de la camioneta de su hermano, le había desintonizado todos los canales que normalmente escuchaba pero le daba igual.

—Voy yo— propuso Dez.

Cuando entró en la casa tuvo la misma sensación de vacío que su amigo, en cierto modo él también había crecido allí.

—¡Austin!— gritó mientras subía las escaleras —¿dónde estás?

Al oírle el rubio se enjuagó las lágrimas con el borde de la camiseta y salió de la habitación de sus padres.

—Lo siento, sé que estáis esperando pero los recuerdos...

—No te preocupes, a mí también me da pena— dijo el pelirrojo acariciando la barandilla —¿recuerdas cuando nos lanzamos por aquí con unas bandejas porque era invierno y en Miami nunca nieva?

—¡Claro! Yo me hice una brecha, tú te rompiste un diente y aún así nos llevamos la bronca del siglo.

Antes de salir Austin se paró una vez más mirando a su alrededor, Dez le puso la mano en el hombro. No quería meterle prisa pero tenían que partir lo antes posible.

—Ally y yo habíamos planeado ir a cenar cuando todo esté listo, los niños se quedan con Lester y había pensado que a lo mejor querías venir con...— Austin se sintió avergonzado y cerró los ojos para intentar hacer memoria pero no era capaz de recordar —lo siento he olvidado su nombre.

Su amigo tragó saliva, lo que le proponía era una locura pero sabía que era un gran paso y una muestra de afecto y aceptación muy grande.

—Will.

—¡Eso! ¡Will! ¿Entonces venís?

—Bueno, no sé si tendrá que trabajar... pero puedo enviarle un mensaje— contestó nervioso el pelirrojo.

—Lo entiendo, pues cuando pueda quedamos y así le conocemos de verdad.

—Buena idea— Dez murmuró esto último, no sabía si sería una buena idea pero tenía que hacerlo y quizás saliese bien y todo.

—¡Por fin!— exclamó Trish cuando les vió en el patio delantero —¿Puedes ir tú delante Austin? Este trasto es tan viejo que no tiene GPS.

—¡Es una antigüedad!— recriminó Lester —mi padre tenía uno igual cuando yo era pequeño.

Austin subió a su coche donde ya esperaban su mujer, sus hijos y su suegro. Arrancó y recorrió su calle sabiendo que era la última vez que lo haría.

•••

Pararon tres veces para ir al baño, dos por Ally y una por Mimi. Así que el viaje no resultó ser tan rápido como decía el GPS que había anunciado su llegada en 53 minutos, pero estaban allí que era lo importante.

Entraron a recepción donde una enfermera muy amable les informó donde estaba su nuevo apartamento.

—Os podemos hacer un tour primero, para que veáis las instalaciones— propuso la mujer.

—Eso sería perfecto, solo hemos visto las fotos de internet— contestó agradecido Mike.

—Esto parece un resort de lujo— dijo Trish impresionada —¿eso es un campo de golf?

—De momento solo tenemos seis hoyos, pero estamos planeando una ampliación y la próxima primavera habrá diez.

El sitio parecía un verdadero paraíso, se veía mucha gente mayor yendo y viniendo, todos parecían felices de estar allí.

When Future Becomes Past.Where stories live. Discover now