IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

IV (editado)

La traición no es lo más doloroso en la vida, el ilusionarse con algo o alguien eso si es doloroso si esa persona no comparte los mismos sentimientos.

—Crystal Rodríguez.

    ¿Qué por qué soy tan egoísta, arrogante, imbécil, mal parido y sociopata? Porque mi padre me enseñó esto: "O engañas o te engañan. Tira la primera piedra y te aseguro que el golpe no va a doler tanto". Esa frase no tiene nada de verdad, pero ya es muy tarde para contradecir a mi padre, él ya murió.

    Desde niño supe lo que quería ser. Un líder, tal vez no como otros, pero como soy; soy feliz.

   Empecé en el narcotrafico cuando tenía 20 años, allí supe lo que es la vida dura, no todo es color de rosa en el narco y menos, si eres novato. Me engañaron, ultrajaron y me utilizaron hasta como carnada. Al final terminé cobrandome cada una de las que me hicieron y aunque no me siento mejor, por lo menos resolví ese pequeño problema.

    A mis 36 años no me interesa caerle bien a las personas de mi alrededor y a decir verdad, menos a mi nueva escolta —Crystal Rodríguez— me parece insoportable y no la conozco del todo.

   Dios me ayude a soportarla.

    No sé si tengo rostro de estúpido o qué, pero sé que ella es de la CIA y que ha llegado hasta mi para entregarme a la justicia.

    Ella no puede engañarme, nadie puede hacerlo. Desde que puso un pie en mi empresa, la mandé a investigar. Mi gente infiltrada me ayudan mucho en eso.

   No sé cómo creyó que un mafioso no investiga a su gente.

   Por eso la contraté, vamos a ver quien muere primero. Pero si tan solo ella supiera quién soy en realidad, entonces ni siquiera estaría cerca mío, se escondería y no saldría ni al mercado.

    Acepto que no ha sido una de mis mejores ideas el hacer que uno de mis hombres golpeen a Crystal, pero no tengo más opciones, ella inmediatamente iría a informarle a su superior sobre lo que hablamos y eso podría ponerme en peligro.

    Una mujer no me va a vencer, ni ahora ni nunca. Tal vez ella piensa que si, pero yo discrepo.

    —Es un poco pesada. —se quejan dos de mis hombres al cargar en sus hombros a Crystal.

    Su cuerpo es voluminoso, pero no demasiado, por lo tanto no creo que pese tanto.

    Idiotas, no pueden mantener sus bocas cerradas.

    Camino hacia donde ellos y agarrando las piernas de ella, la coloco encima de mis brazos por completo.

   Les doy una mirada desagradable a cada uno para que a la próxima no hablen sandeces.

    —Un verdadero hombre, no se queja del peso de una mujer, idiotas. Por eso están solteros... —murmuro para que aprendan.

  Luego de hablar con ellos, aminoro mi paso hacia la Jeepeta. Recuesto su cabeza y luego coloco su cuerpo de una manera que esté cómoda en el trayecto.