36th

17.4K 1.4K 145
                                    

¿Qué si tu eres el amor de mi vida? Solo mírame a los ojos mientras babeo y suspiro por verte.

—Crystal Rodríguez. (Autora del libro).

 (Autora del libro)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

  ¿Miedo?

      ¿Terror? Si, terror es lo que tengo al ver como la propia hija de mi esposo lo apuñala y él cae tendido en el suelo, convulsionando.

    Mi corazón creo que se detuvo al ver esa imagen.

    Sofia no vivirá para contar lo que ella hizo.

    En este día, en este momento, en esta hora, la voy a matar. Esto no se quedará así.

     —¡Jefe resista! —Elliot lo mueve para que no se desmaye, pero yo lo alejo.

    Agarro el puñal que está incrustado en su pecho y presionando en la parte herida con cuidado como me enseñaron en la CIA, saco el puñal.

  Al sacarlo Enzo se fatiga aún más, ya que grita por el dolor.

    —¡Atención, atención! ¡Jefe herido, jefe herido! ¡Muevan sus traseros de inmediato! —Elliot grita al teléfono enojado.

    Observo a Sofia mirándome desde un lado de la esquina.

   Mientras sacaba el cuchillo del pecho de Enzo, ella se movió evitando que la mate, pero eso no va a evitarlo, ella pagará por lo que hizo.

     —Déjeme cargarlo, señora. —comenta Elliot preocupado.

    Enzo abre un poco los ojos y eso me devuelve el alma al cuerpo.

    —Mi amor, tranquilo, te llevaremos al hospital más cercano. —expreso volviéndome loca por la expresión de dolor que carga el rostro de Enzo.

    Maldita perra psicópata. ¿Cómo le hace eso a su propio padre? No hay ninguna explicación ni justificación.

     Elliot coloca el brazo de Enzo encima de su hombro, para entonces comenzar a levantarlo despacio sin lastimarle más de lo que ya está.

    —Elliot... —habla Enzo.

    —Ordene y mande patrón. —responde Elliot preocupado sin saber bien que hacer.

    —Haz lo que te enseñé en el último entrenamiento. ¿Lo recuerdas? —le pregunta Enzo a Elliot.

    No sé de qué hablan, pero lo único que quiero es que Enzo no muera.

    Elliot acerca a Enzo hacia el escritorio y lo sienta en el borde de este.

   —¡Señora, ayúdeme a sostenerlo! —exclama Elliot.

    Me acerco a Enzo y lo sostengo para que se quede erguido.

    Mis ojos se cristalizan aún más cuando Enzo desvía su mirada de Elliot hacia mi.

IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]Where stories live. Discover now