IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

32th

Si contara las veces que me han lastimado sería millonario.

—Enzo Rinaldi.

   Levanto mi mano y la coloco enfrente de mi rostro diciendo que pare, que se detenga.

    —Vete a la chingada y sal de mi vista. —esas son las palabras que le dirijo a Crystal.

    No quiero creer que lo que dijo Mikhail es cierto, pero no puedo descartar lo que dice porque no estuve aquí, entonces a menos que ella me pruebe lo contrario, no querré ver su rostro.

    Observo su mirada y veo que me pide compasión, la cual no tengo.

     —Enzo, escúchame, nunca hice lo que ese hombre dijo. Jamás te engañaría, ¿me crees capaz? —pregunta acercándose a mí.

    Muevo mi cabeza de lado a lado, no sabiendo que contestarle. Tengo que medir mis palabras con Crystal, no quisiera lastimarla y luego tener que pedir perdón por no haberme controlado.

    —La traición y el dolor se han convertido en mis mejores amigos. Siempre me han traicionado, mi ex esposa lo hizo y otras personas más. El dolor nunca se ha ido y perdona que desconfie de ti, pero no puedo no hacerlo, porque todos se están enfocando en que no debo estar contigo y cada día aparece un obstáculo más, pero ves que no me doy por vencido. Sin embargo; las palabras que dijo Mikhail calaron dentro de mi ser y puede que no sea verdad lo que él dijo, pero eso lo veremos después. —me alejo de ella caminando hacia mi escritorio para tocar el botón de llamada de mis guardaespaldas.—. Hablaremos después, mientras tanto tengo que resolver unos asuntos.

    Veo que ella quiere acercase a mi, pero supongo que mis expresiones le hicieron retroceder aunque no quería hacerlo. Cinco de mis escoltas entran a la habitación y al ver a Mikhail, ya se imaginan lo que pasó.

   Esta vez se me fue la mano con mi ex suegro.

    —Por favor, no te olvides de hacerlo. Esto no se quedará así. —comenta preocupada porque no la dejé explicarme lo que pasó y sé que ella me entiende, pero de igual forma le preocupa la situación.

    Asiento, lo hago dos veces para que así puede irse. Debo encargarme del cuerpo de Mikhail. No puedo dejar esto para otro momento.

    —Llevense el cuerpo por la puerta secreta de esta habitación. Corten el cuerpo en pedazos y denselo a los perros, ellos estarán felices de comerse a este hijo de puta. —mis guardaespaldas empiezan a carcajearse.

    —Es una orden, patrón. Teníamos tanto tiempo esperando por este momento. —levantan el cuerpo entre ellos y lo sacan por la puerta escondida en mi oficina.

    Estoy anonadado y bloqueado. No logro pensar nada en concreto, mi cabeza está vacía.    

    Observo como uno de los guardaespaldas sale de mi oficina y la cierra. Desde el bar puedo ver todo lo que pasa en mi oficina, lo que me facilita todo.