IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

XX

El perdón es lo más doloroso que el ser humano podría hacer, pero es lo más efectivo y sanador para nuestra alma y corazón.

-Enzo Rinaldi.

   Su mirada luce perdida.

   No ha intentado besarme, más bien se ha quedado estático.

   No hay ni una pisca de deseo en nosotros.

   He destruido, he aniquilado la única familia que él tenía, quedándose igual de solo que yo.

   Ahora él podrá entenderme y sé que podía haber buscado otra alternativa, pero esta me pareció más correcta.

   Aún no sé porqué lo perdoné, no lo sé y eso me está carcomiendo. No estoy enamorada de él, no siento nada más que deseo, entonces por que no lo maté en primera instancia.

   ¿Por qué le di tiempo? ¿Por qué no actué de inmediato?

   Espero algun día contestar esas preguntas.

   Enzo acerca su cuerpo aún más al mío y al hacerlo coloca su frente en mi hombro, mientras me envuelve en sus fuertes brazos.

   ¿Lo abrazo?

   ¿Lo consuelo?

   ¿Debería?

   Me pregunto esto y al final no espero una respuesta, sino que lo abrazo porque una vez él me abrazó cuando me sentía mal y sé que él ahora necesita eso que una vez me dio.

   No hay palabras, solo el silencio que abraza a toda la habitación.

   —¿Estás bien? —le pregunto separándome para ver su rostro.

   Su rostro está turbado y no me quiero imaginar su cabeza.

   —Estoy bien mal. —se aleja de mí y abre una habitación alterna dentro de la oficina.

   Intento ver que hay dentro de la habitación y al observar, llego a darme cuenta de que tiene camisas y pantalones. Es como si fuera un closet escondido.

   Me coloco en el mismo lugar en donde estaba y sostengo de nuevo mi escopeta.

   Sin querer veo el cuerpo de Giovanni.

   No debí de haberlo hecho, pero ya es muy tarde, muy tarde para reivindicar lo que hice.

   Enzo sale de la habitación y la cierra con seguro.

    No me mira ni un segundo, solo se coloca el traje encima evitando mi mirada.

   —Dame un segundo, estaré aquí lo más rápido que pueda. —Ni siquiera me mira, solo camina hacia la puerta y abriendola, sale sin decir siquiera un adiós.

   No puede ni mirarme y no puedo culparlo. El hecho de ver mi rostro y recordar que fui quién mató a su hermano, es demasiado para él.

   Acaricio mi cabello y lo coloco hacia atrás, exasperada sin saber que hacer. Pero me decido por ir a la habitación y colocarme ropa decente.