IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

48th

Dejame vengarme de todos los que te han hecho daño, déjame secar tus lagrimas y prestarte mi hombro para que te recuestes en él.

—Enzo Rinaldi.

Narrado por: Enzo Rinaldi.

   Sangre.

   Extrañaba ver la sangre salir de una persona a quien odio.

    Mis antiguos enemigos, los que están vivos aún, pueden testificar de lo sangriento que era mucho antes de que Crystal empezara a seguirme. Ver sangre era lo que controlaba mi ansiedad y aunque muchas veces pensé que estaba loco, luego lo olvidaba, era mi pasatiempo, debía ser normal sentir eso.

    Observar como Elliot le clava una navaja a un hombre en la frente, puedo decir que es hasta tranquilizador. No tengo conciencia con mis enemigos y menos memoria. Asi que quitando al enemigo de mi camino, asi es como me abro paso a un mundo más tranquilo sin las personas que detesto.

    —¡A la izquierda! —Le advierto a Elliot y él se gira y le clava su navaja en la garganta al hombre que estaba detrás de él.

    La ventaja la tenemos, asi es como se gana esta batalla.

    —Elliot ve y busca los bebés, ya despojamos la puerta.

    El hospital es todo un caos, ninguno de los pacientes saben hacia donde correr para esconderse y no los puedo culpar. Hay sangre hasta en las paredes, es normal sentir terror.

     —¡Enzo Rinaldi! ¡Hijo del mismísimo diablo! —Exclama el jefe de la CIA apareciendo detras de su secuaces.

    Esto es irónico. Me llama hijo del diablo y no ha pensado que tal vez yo sea el diablo y él esté equivocado.

    —¡Un diavolo scaccia l'altro! —El hombre se queda esperando a que le traduzca lo que acabo de decir.—. Te traduciré, no te preocupes. Un diablo expulsa a otro. No podemos convivir los dos en este mundo, así que te mataré y viviré en paz sin tu diabólica presencia.

    Ladeo mi rostro hacia la derecha, mientras que el Ex jefe de Crystal se carcajea burlándose.

    —Crystal fue una perra. Siempre supe que iba a caer enamorada de ti, pero confíe en ella y me defraudó. —Él coloca sus dos manos en cada cintura.

    Hijo de la chingada. Ahora si lo mataré con más gusto.

     —¿Entonces mi mujer fue una perra porque no quiso estar contigo? El típico comentario ofensivo que hacen los hombres cuando sienten su masculinidad ofendida. No era obligatorio que ella estuviera contigo, cabrón.

     El saca su pistola y sobando el gatillo me apunta a la cabeza.

    —Ella debía ser mía, pero ahora puede serlo. No hay algo que haga que una mujer se vuelva tan sensible que le maten al hombre que ama.

     —Sabes algo, no tienes razón. —le sonrío con mi típica sonrisa de Jaque mate.—. Disfruta el dolor. —Elliot asesinó a sangre fría y velozmente a todos los hombres detrás de él Jefe de la CIA.

    Elliot intenta apuñalarlo, pero él le dispara muy cerca a Elliot, así que me deslizo en el suelo rápidamente y le apuñalo el talón de aquiles izquierdo. Esta zona en el pie es muy delicada. Esta justamente cerca de la planta de los pies por lo tanto eso hace que sea muy dolorosa.

    El hombre cae en el suelo y mientras él está allí, aprovecho para dispararle en la cabeza a los tres últimos hombres con el que él vino a matarme.