IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]

XIV

A veces tratas de tener paciencia con las personas a tu alrededor, pero ellos no ayudan.

-Enzo Rinaldi.

     Voy a matar a este hijo de la chingada y luego mataré a todos los que se descuidaron en la entrada de la casa.

    Mi jardín esta compuesto de paredes de decoradas con flores de todo tipo. Así que, con sutileza me muevo hacia una de las paredes más cerca y vigilo que Richard no esté cerca.

   Me muevo rápidamente hacia otra pared y ahí escucho cómo un disparo me roza cae en la pared en la que me cubro.

    —¡Vamos a terminar esto como hombres, Enzo! —Richard deja de hablar y esto cien por ciento seguro de que está buscando donde me estoy escondiendo—, sé que estás acostumbrado a disparar y luego hacerte el macho que nadie puede vencer, pero hoy quiero deshacerme de ese título.

    Su discurso nefasto me causa dolor de cabeza. Así que; como macho que soy salgo de mi escondite y me dirijo hacia donde está. De hecho, no estaba tan lejos de donde estaba escondido.

    Me quito la chaqueta que tengo puesta y la tiro en el suelo y con esto suelto la pistola, quedándome desarmado.

   —¿Crees que el respeto que me he ganado a los largo de mis 35 años ha sido sentado en una oficina esperando a que mis superiores me dieran un caso en donde tengo que seguir a narcotraficantes? Creeme, no soy como tu, niño. —me paseo de izquierda a derecha con las manos en mi cintura—. Tú no sabes nada de mi, no intentes querer impresionar a Crystal queriendo dejarme en ridículo porque tú eres el ridículo.

    Observo como cambia su expresión facial por una más amenazadora. Su expresión no me causa nada así que lo ignoro.

    —Tu no vengas a decirme que hacer o que no. —se acerca a mí como si quisiera golpearme—. Crystal te odiaba por lo que le hiciste a sus padres y ahora ese odio ya no existe. ¿La colocaste en 4 o le gustó como haces el misionero con ella? -Cuando se refiere de esa forma tan vulgar sobre Crystal, en ese instante exploto y me tiro encima de él, derribando su cuerpo al instante.