X

37K 2.5K 444
                                    

Hazme el amor. No lo pienses tanto. Bésame como solo tu sabes hacerlo, hazme llegar al extasis porque se que eres muy bueno en eso.

-Crystal Upia.

   —¿Entonces en que piensas?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   —¿Entonces en que piensas?

   —Pensaba en hundirme lentamente en ti, mientras te miro a los ojos. Pensaba en embestirte una, dos y tres veces mientras te obligo a que me mires a los ojos para ver que tu sientes lo mismo que yo. Pensaba en besarte en un acto tan íntimo y por ese solo momento, borrar todas mis reglas y hacerte el amor lento, hasta que creas que te estoy torturando. —sus ojos me miran fijamente—. En eso pensaba, Rodríguez.

    Sus solas palabras hacen que mi cuerpo tambalee, dándole a entender a Enzo el poder que ha obtenido tan solo por decirme esas palabras.

    Aún no lo comprendo y creo que no debo hacerlo. No puedo caer en los brazos de Enzo, esto es falso, lo que vamos a hacer es falso y así se debe mantener.

   Carraspeo para que entienda la señal de que debe de soltarme, pero no lo hace.

    —Tengo calor. —murmuro tan bajo, pero sé que escuchó lo que dije.

   —No voy a obligarte. Jamás lo haría. Quiero que te entregues por puro placer, no por obligación.

    Suelta mis manos lentamente y al enfocar mis ojos en sus labios, veo cómo desea decir algo más porque su boca se abre y se cierra de repente. Sin embargo, la acción que realiza, es la que me deja atónita y sin fuerzas para pensar en lo que ha hecho.

    Antes de soltarme, Enzo se acerca mi y con un beso en mi frente, hace que se me erize la piel de inmediato. El beso fue suave, pero permanente, con una sutil presencia de su lengua, queriendo darme a entender lo que me pierdo por no seguir su juego.

    Mordí mis labios queriendo evitar que salga un jadeo y luego una sonrisa. Parecía una niña cayendo en en la trampa.

    Me alejo de Enzo para así poder pensar, debo hacerlo porque mi lado racional se ha ido de viaje.

    —Bien, acepto el trato.

    Camino hacia el escritorio y tomando un lapicero en manos, firmo el contrato. Luego de haberlo firmado, me giro para ver Enzo y solo veo su siniestra sonrisa desde la esquina de su oficina. No entiendo que lo hace estar tan feliz, es un contrato solamente, ni que fuera la gran cosa.

    —Voy a darte una semana para que instales tus cosas en mi casa. Cuando estemos allá firmaremos ambos el acta matrimonial. —se acerca a mí lo suficiente. Dejándome un espacio para que piense en lo que hecho.

    El ver que Enzo esta feliz porque he firmado el contrato, hace que sienta un bajón de emociones. No sé qué hacen las esposas, no viví ese ambiente familiar de tias cocinandoles a sus esposos o abuelas haciendo lo mismo.

IMPERIO RINALDI© (1 LIBRO DE LA BILOGIA IMPERIO) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora