capítulo 9

8.1K 278 17
                                    

lα.

Oigo como la alarma me suena mientras doy la vuelta en la cama cagandome todo. Son las putas 7:30 y yo me estoy cagando en la univeridad y en toda su estampa.

Suspiro mientras apago la alarma y aprovecho mis últimos cinco minutos de tranquilidad en mi preciosa cama antes que la segunda alarma me vuelva a sonar y tenga que levantarme.

Porque hoy me toca presentar un trabajo, que si no me quedaba en mi cama sobando más bien que qué.

Me levanto de cama y abro la persiana antes de irme directa a la ducha. Aida aún sigue durmiendo ya que la muy cabrona no se levanta hasta las 10, así que procuro no hacer demasiado ruido.

No tardo mucho en ducharme y a las ocho de la mañana ya estoy delante de mi armario envuelta en una toalla mientras escojo que ropa me voy a poner hoy. Estamos a principios de octubre y ya empieza a hacer un poquillo de frío en Barcelona por lo que decido ponerme unos pantalones de campana de color gris oscuro, un jersey rosa, una blaiser negra que me queda bastante oversize y mis Dr Martens negras en los pies.

Mientras me tomo mi café y mi tostada de guacamole con jamón serrano sentada en la cocina hablo por whas con Lola, que me va a venir a buscar en coche cómo lleva haciendo todas las mañanas de esta semana. La verdad es que últimamente estamos quedando mucho todas por las tardes y estamos haciendo un buen grupo.

Lo agradezco ya que en estas dos semanas he estado súper desconectada del grupo de los chicos. A los únicos que he visto desde la fiesta de casa de Ansu son a Pablo, Sira, Ansu y Ferran. Se que han tenido partidos estas últimas semanas pero la verdad es que he desconectado totalmente porque lo necesito después de lo que pasó ese día.

Pedro me ha escrito y llamado varias veces para que hablemos pero yo le he dicho que necesitaba tiempo.
Dos semanas después sigo con un lío mental que no me lo creo ni yo.
Estoy siendo una cagada lo sé, pero siento que en cuanto lo vuelva a ver en persona lo único que voy a querer es volver a besarlo hasta quedarme sin respiración.

Termino de desayunar y corro a coger mi bolso a la habitación cuando veo un whas de Lola diciéndome que está saliendo de casa. Me echo un poco de rímel, cacao en los labios y colonia y cojo mi bolso, mi móvil y mis llaves antes de salir de casa para coger el ascensor.

Mientras estoy bajando en el ascensor veo una llamada entrante de Pablo, nos solemos dar los buenos días casi siempre pero en sorprende que me llame tan temprano.

—¿Y tu despierto a estas horas?—pregunto con una sonrisa mientras le cojo el teléfono.

—Tengo entreno a las nueve.—dice él suspirando. —Que asco, odio que Xavi los ponga tan temprano porque sigo dormido aún.

—Hay que levantar el país, Pablete.—digo yo riéndome. —Yo estoy saliendo de casa, que tengo exposición a primera hora. ¿Para que me llamabas a todo esto?

—¿Estás libre por la tarde? Te echo de menos y tengo que contarte una cosa importante.

—Joder Pablo, ahora voy a estar toda la mañana pensando en lo que me quieres contar.—digo yo bufando. —Pero si, para ti siempre estoy libre corazón mío.

—Pues quedamos a las seis en mi casa, que tengo una sesión de fotos después de comer y si no es que no me da la vida para todo.

—Vale, perfecto.—digo yo sonriendo. —Te tengo que colgar que me están viniendo ya a buscar, pero nos vemos por la tarde enano.—le digo mientras veo el coche de Lola aparcado delante de mi portal en doble fila.

RENDICIÓN ; pedri gonzález. Where stories live. Discover now