capítulo 35

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lα.


—Amor, yo te quiero mucho pero me voy a caer de la cama como no te muevas.—murmura Pedri en mi oído haciéndome esbozar una sonrisa mientras sigo con los ojos cerrados.

—Tenemos que estar abrazados.—le respondo excusándome en un murmuro mientras mi cuerpo se pega todo lo que puede al de él.

Pobre, no sé cómo me aguanta. Fijo que está en el borde de la cama y yo la tengo toda para mi.

Estamos echando la "siesta" en su habitación del hotel antes de que nos vayamos todos al estadio para que jueguen la semifinal de Supercopa contra el Betis.

Y podemos estarlo, pero en el medio.—recalca haciéndome soltar una leve carcajada. —No te rías capulla, muévete.—me dice pellizcándome el culo.

—Que no tengo espacio.—le digo intentando contenerme la risa mintiendo como una bellaca cuando sé perfectamente que tengo toda la cama para mi, pero me gusta demasiado picarlo.

El silencio reina en la habitación por unos instantes y cuando menos me lo espero y pienso que se ha rendido sus manos agarran mis caderas para colocarme encima de su cuerpo haciéndome abrir los ojos por el movimiento. Cuando consigue más sitio ya que yo no estoy se mueve hacia el medio de la cama y me sonríe orgulloso.

—Mentirosilla...—susurra debajo de mi mirandome con esa sonrisa ladina.

—A ver si colaba...—respondo mirandolo con una sonrisa vacilona mientras mi cuerpo vuelve a abrazar el suyo, a pesar de estar encima ahora, y pego mi rostro al suyo rozando nuestras narices.

—Para la próxima te tiro de la cama, a ver si te hace tanta gracia.—me dice mirándome a los ojos mientras una de sus manos me separa el pelo de delante de la cara.

—Atrévete y quedas estéril.—susurro contra sus labios esbozando una sonrisa mientras mis manos acarician su mandíbula marcada con delicadeza.

Él sonríe antes de bajar la mirada a mis labios descaradamente poniéndome nerviosa. Hace meses que nos besamos por primera vez pero sigue existiendo esa tensión dentro de mi cada vez que me mira de esas formas.

No lo piensa más antes de acariciar mi rostro con sus manos y pegar sus labios a los míos en un beso completamente lento.
Suspiro contra su boca al sentirla contra la mía y le sigo el beso sin poner pega ninguna mientras siento mi corazón desbocado latiendo contra el suyo.
Mi lengua busca la suya con avidez volviéndose más apasionado y haciendo que suelte un jadeo contra mis labios cuando me siento bien sobre él moviendo mis caderas ligeramente.

Va a sacarme la camiseta cuando unos golpes suenan en la puerta haciendo que nos quedemos quietos y separemos nuestros labios para mirar hacia la puerta ligeramente.

—¡Hermano, nos vamos en diez minutos así que vete bajando que están todos ya en recepción!—escuchamos la voz de Gavi al otro lado de la puerta.

Yo es que lo mato...

Puta mierda...—murmura Pedri mientras suspira echando la cabeza hacia atrás.—¡Dame cinco minutos que bajo ahora!

—¡Sé perfectamente que Nay está contigo, yo os aviso para que después no te caiga bronca de Xavi!—dice con cierto tono vacilón. —¡Nos vemos abajo, guapos!

Suspiro con una sonrisa antes de darle un beso suave en los labios y quitarme de encima de él para levantarme.

—Luego seguimos, nené.—le digo mientras me pongo los tenis.

RENDICIÓN ; pedri gonzález. Where stories live. Discover now