capítulo 11,

11.9K 293 31
                                    

lα.

—¡Nay, ¿te falta mucho?!—escucho la voz de Auro detrás de la puerta del baño.

—Que va, estoy terminando de maquillarme.—le digo mientras me echo el rímel. —Pasa tía.

—¡Que guapa, cojones!—dice ella sonriente entrando en el baño haciendo que me gire para mirarla con una sonrisa.

—Tú sí que estás guapa, Rora.—le digo sonriente.—¿Me dejas ese pintalabios?

—Claro tía.—dice ella sacándolo de su bolso de Dolce & Gabbana.—Ahí tienes.—dice guiñándome un ojo. —En diez minutos tenemos que estar abajo que hay que ir para el sitio.

Es lunes ya porfin y nos estamos arreglando para la gala de los premios Kopa. Hemos pasado todo el finde en Paris y la verdad es que ha sido súper guay. Nos ha dado tiempo a visitar los monumentos importantes y a hacer un poco de todo, pero mañana por la mañana temprano ya volvemos para Barcelona.

—¿Pablo ya se fué?—pregunto un poco desubicada mientras en término de maquillar.

—Sí, con Pedri en la limusina que tienen que estar allí antes que el resto con los otros nominados.—responde ella mientras se apoya en el marco de la puerta. —Te noto algo nerviosa...¿estas bien?

Suspiro mientras termino ya de maquillarme y voy a calzarme los tacones negros.

—Es que estoy nerviosa por Pablo, ya que quiero que gane porque se lo merece muchísimo, y también un poco porque nunca he ido a una gala de estas y me da cosilla.

Auro sonríe desde la distancia antes de acercarse a mi y sentarse a mi lado en la cama.

—Yo también estoy nerviosa por él Nay, pero hay que tener confianza.—dice ella posando una de sus manos en mi muslo desnudo para animarme. —Y por lo otro, ni te rayes, porque estás pivonazo total tía.

Yo suelto una risa mientras me termino de abrochar los tacones y voy a coger mi bolso.
Llevo un vestido negro corto, de manga larga y con la espalda al descubierto, tacones negros de aguja y el pelo suelto con unas ondas hechas en las puntas.

Ambas cogemos nuestros bolsos antes de salir de la habitación encontrándonos con Fer, que viene caminando por el pasillo vestido con el típico traje.

—Madre mia, que guapas.—dice este silbando sonriente mientras llega a nuestro lado.

—Gracias Fer.—digo sonriente mientras le doy un beso en la mejilla. —Anda, dame el brazo que no estoy acostumbrada a andar en tacones y aún me voy a romper un pie.

Lo escucho soltar una risa mientras me ofrece su brazo y los tres caminamos hacia el ascensor para bajar a la recepción, donde están los padres de Pablo esperándonos ya.

Hablo con Fer durante todo el viaje en coche, la verdad es que me llevo súper bien con él y estos días en Paris estamos cogiendo muchísima confianza y teniendo muy buena relación.

Por otro lado, Pedri y yo no hemos vuelto a tener contacto tan directo desde el viernes que casi pasa lo que pasa. Hay tonteo por parte de los dos y piques en nuestra línea habitual en estos últimos días pero no hemos vuelto a acercarnos tanto porque no hemos parado en estos dos dias y no hemos tenido prácticamente tiempo para estar solos.

No voy a mentir, me muero de ganas por terminar lo que empezamos hace tres dias... Solo con pensar en sus manos tocándome y su boca contra la mía me pongo tontísima.

Una vez llegamos a donde se hace el evento nos bajamos del coche que nos haré mientras somos rodeados por millones de cámaras. No estoy acostumbrada a la sensación por lo que me pongo un poquillo nerviosa a ver tantos flashes apuntando.

RENDICIÓN ; pedri gonzález. Where stories live. Discover now