capítulo 51

4.8K 249 16
                                    

lα.





Un rayo de sol impacta en mi cara haciéndome suspirar mientras me tapo con la manta ya que es demasiado temprano aún.

Siento la respiración tranquila de Pedri en mi nuca mientras su brazo se aferra a mi cintura pegándome a su cuerpo. Nuestras piernas están enrredadas y sigo sin entender cómo podemos dormir pegados como lapas con la calor que hace ahora mismo en Sevilla.

Suspiro abriendo los ojos y cogiendo el móvil para mirar la hora. 10:26 a.m.
No está mal para ayer acostarnos prácticamente a las cuatro...

Aprovechamos el día para perdernos por las calles de Sevilla y luego cenamos con mi familia.
Mis tíos y mis primos llevan aquí desde el lunes para aprovechar para vernos y pasar tiempo juntos. Hoy jueves por la tarde noche cogemos el vuelo hacia Tenerife para estar con la familia de Pedri, ya que llevamos dos semanas instalados en mi casa y disfrutando de las tierras andaluzas que tanto echaba de menos.

Estas semanas han ido súper bien, Pedri y yo estamos mejor que nunca y verlo tan cercano con mi familia me alegra el corazón. Además de que los echaba muchísimo de menos y pasar tantos días seguidos juntos otra vez hace que no pueda estar más feliz.

Mi madre lo adora, mientras que mi padre se dedica a vacilarlo junto con mi tío Juanma. Mis primos están enamorados de él, ya que el canario no se ha negado nunca a jugar una pachanga en el jardín con mi primo Dani o jugar a las muñecas con mi prima Sofía. Y yo como no muero de amor cada vez que lo veo con niños pequeños...
Mis abuelos ya lo consideran un nieto más, y ya estamos cuadrando cómo vamos a pasar estas Navidades de este año ya que quieren que se venga si o si.

No sé si todo está yendo muy rápido, pero solo siento que soy completamente feliz cuando él está a mi lado...

Acaricio su antebrazo con suavidad con mis dedos trazando suaves caricias antes de darme la vuelta con delicadeza para poner mirarlo detenidamente.
Se le ve tan tranquilo durmiendo, con su pelo revuelto sobre la frente, sus pestañas largas decorando sus ojos cerrados, sus labios gruesos entreabiertos y esa incipiente barba de pocos días que se deja de vez en cuando porque sabe que me trae loca.

Con mi mano acaricio delicadamente su mandíbula bajando por su cuello y llegando a su espalda desnuda para dejar suaves caricias de arriba a abajo en ella. Pedri suspira aún con los ojos cerrados y puedo ver un atisbo de sonrisa en sus labios mientras me agarra más fuerte de la cintura pegándome completamente a su cuerpo.

—Despertarse contigo dándome mimitos en la espalda es la quinta maravilla del mundo.—murmura con voz ronca haciéndome sonreír.

—No te quería despertar, amor...Aún es pronto, vuelve a dormir si quieres.—le digo con voz suave mientras dejo un beso en la punta de su nariz.

Él abre los ojos y clava su mirada castaña en mi provocándome mariposas mientras lo veo sonreír ladinamente a la vez que su mano sube de mi cintura a ahuecar mi cara con cariño.

—Vida mía, no me pidas perdón por esa bobada y dame un beso de buenos días.—me pide haciéndome sonreír antes de pegarme a su rostro.

Beso sus labios de manera corta antes de separarme y ver cómo hace un mohín que me hace reír.

—Vaya mierda de beso, me entra el sueño otra vez...—me vacila haciéndome rodar los ojos con una sonrisa.

—Ay, que machango.—le digo utilizando una palabra canaria a propósito antes de cogerlo por las mejillas y besarlo de buena manera.

RENDICIÓN ; pedri gonzález. Where stories live. Discover now