RENDICIÓN ; pedri gonzález.

capítulo 59,

nαყlα.

La mano de mi marido reposa en mi cintura pegándome a su pecho mientras ambos miramos hacia la misma dirección.

—Una más chicos, y terminamos.—nos dice el fotógrafo mientras nos enfoca con su cámara de fotos profesional.

Nosotros asentimos mientras seguimos sus instrucciones y la estilista me echa el velo hacia delante para que nos tape a Pedri y a mí mientras yo me doy la vuelta mientras nos miramos debajo de la tela semitransparente.

—Espero que las fotos salgan bien, porque me estoy muriendo de calor con este vestido.—le digo mientras pongo mis manos en su mandíbula.

—¿Te vas a cambiar ahora de vestido?—me pregunta mientras vemos los flashes de reojo mientras posamos para las últimas fotos.

—Sí, tengo otro un poco más fresquito, además que me voy a quitar el velo para el banquete porque ya verás que lo termino perdiendo.—le respondo soltando una risa.

Él se ríe mientras me besa la frente y los fotógrafos nos dicen que ya está lista la sesión, que se pondrán en conctacto con nosotros para concretar una cita donde escogeremos las fotos que más nos gustan para el álbum y el resto nos las mandarán por correo.

Les agradecemos y ambos nos cogemos de la mano para entrar en el recinto donde se va a celebrar el banquete. La ceremonia la hemos celebrado en el jardín de la finca pero esta tiene una parte muy bonita donde hemos decidido poner mesas al aire libre y celebrar el banquete ahí. Entramos a la casona donde nos hemos preparado ambos antes de la ceremonia y donde aún pulula nuestra wedding planner, Rocío, mientras habla con todo su equipo: Beatriz, su segunda y que también se encarga del DJ y de organizar a los invitados, Carla, la maquilladora y Paula la estilista.

—Que bonita ceremonia, chicos.—nos dice la morena contenta mientras nos da dos besos a cada uno. —Todos están ya dentro entretenidos, Bea se ha encargado ya.

—Sí, tomando el apretivo de pié mientras el grupo que contratasteis anima el cotarro.—nos responde la susodicha contenta. —Menudo bodorrio se va a montar, ya veréis.

—Gracias por todo, chicas. Nos habéis facilitado toda la organización un montón.—les agradezco sonriente.

—Para eso estamos, nena.—me dice Rocio guiñándome un ojo. —¿Te vas a querer cambiar el vestido al final?

—Sí, porque ya ando sudando como una cerda.—le respondo riéndome.

—Vente conmigo, cielete.—me dice Paula sonriéndome. —Te cambiamos en cero coma y ya vas a estar lista para darlo todo durante toda la tarde y la noche.

—Yo te espero aquí, amor.—me dice Pedri dándome un beso corto. —Tengo que hablar con Ro lo de los fuegos artificiales y el horario de la barra libre y del DJ, así entramos ya juntos.

—Vale, vuelvo ahora.—le digo sonriente mientras beso su boca de nuevo.

Me voy con Paula y Carla hacia el piso de arriba, ambas me ayudan a quitarme el vestido pomposo de la ceremonia, quitándome también a su paso el velo kilométrico que llevo a la espalda. Ahora me pongo el segundo vestido que he escogido, uno de corte sirena, de tirantes finos y con toda la espalda al descubierto, el encaje destaca por la parte de debajo y sonrío al vérmelo puesto de nuevo. Carla me retoca el maquillaje un poco a causa de la calor y en menos de diez minutos ya estoy cambiada de nuevo.

—Estas preciosa, el vestido te queda de lujo.—me dicen las chicas una vez bajamos las escaleras donde sigue mi marido hablando.

—Gracias reinas, sin vosotras no sería posible.—les agradezco contenta antes de caminar hacia Pedri que deja de hablar con Rocio y con Bea para quedarse mirándome con la boca medio abierta.