capítulo 45,

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Despierto a causa del calor y me intento destapar aunque se me hace complicado ya que tengo el brazo de mi novio abrazado a mi cintura y pegándome a su pecho. Saco una de mis piernas por fuera del edredón y abro los ojos para mirar el reloj de la mesilla.

Son las once y diez pasadas pero es domingo y no hemos puesto la alarma, así que tampoco me preocupa demasiado.

Ha pasado prácticamente un mes y medio y todo se ha ido colocando en su sitio poco a poco y volviendo a la normalidad.
Pedri empezó a ir al psicólogo después de ese bajón y charla que tuvimos a principios de marzo y ha tenido una mejora muy muy grande. Lentamente había vuelto a ser ese chico divertido y confiado de siempre y lo más importante había dejado la ansiedad atrás. También empezó a trabajar su lesión y poco a poco había recuperado y vuelto a los entrenos con el equipo y con trabajo constante que había hecho había conseguido recuperarse al cien por cien.

Ahora mismo a día 23 de abril volvía al campo después de casi tres meses sin jugar, ya que hoy a la tarde jugaban partido de Liga contra el Atlético de Madrid en el Camp Nou.

Aunque eso sería dentro de varias horas, por lo que me giro en la cama y aprovecho de mi chico dormido mientras vuelvo a cerrar los ojos y me abrazo a su cuerpo escondiendo mi cabeza en en hueco de su cuello sin dejar prácticamente ni un espacio entre nosotros. Su respiración es tranquila mientras duerme y yo sonrío al sentir esa paz que tengo al estar a su lado.

Me quedo varios minutos con los ojos cerrados y quieta disfrutando de su piel tibia pegada a la mía pero soy incapaz de volver a dormir por lo que estoy dispuesta a levantarme y bajar abajo a ver si Fer está despierto y por lo menos podemos desayunar juntos.

Dejo un suave beso en el pecho desnudo de Pedri antes de separarme de él con delicadeza dispuesta a salir de la cama sin despertarlo. Aunque es imposible ya que su brazo agarra mi cintura cuando casi estoy fuera de cama y me pega a su cuerpo haciendo que su pecho y mi espalda queden completamente pegados.

—¿A donde vas, nena?—pregunta con voz ronca de recién levantado mientras me aprieta la cintura.

—Abajo, que me daba rabia despertarte.—le respondo girándome en la cama para mirarlo a la cara. —No sabía que estabas despierto ya, mi amor.—le digo con cariño mientras mis manos acunan su rostro dejando suaves caricias.

Es una obra de arte verlo recién levantado, con su pelo más revuelto que otra cosa, los labios hinchados, sus ojos entreabiertos y la voz ronca.

Es que tengo un sexto sentido para saber cuando te alejas en la cama para volver a acercarte a mi.—me responde con una sonrisa mientras me coge por la cintura y me pega a su cuerpo. —Que guapa estás recién levantada, joder...—murmura mirándome a los ojos con una sonrisa boba.

Sonrío sin poder evitarlo a causa de sus palabras y siento mi corazón acelerado cuando me mira se esa forma. Joder, es que estoy tan enamorada de él...

—Eres un cuentista.—le digo sonriente mientras me pego más a él abrazando sus hombros desnudos. —No puedo estar guapa con mis pelos de bruja y las legañas en la cara aún.

—Pues a mi me encantas así.—susurra mientras roza su nariz con la mía.

Sonrío y soy yo la que acorta la distancia entre nuestros labios, que ahora mismo estaban a centímetros. Su boca recibe la mía de buena manera mientras fundimos nuestros labios de manera lenta y con sentimiento. Sus manos aprietan mi cintura pegándome a su cuerpo completamente mientras yo me aferro a sus hombros musculados. Nos deleitamos con la sensación de la boca del otro arrancándonos suspiros hasta que ambos tenemos la respiración agitada y los labios hinchados.

RENDICIÓN ; pedri gonzález. Where stories live. Discover now