capítulo 44

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Viernes porfin, llevo una semana de locos con entrega de trabajos y estoy derrotada mentalmente.

Lola y Paula van caminando unos pasos más adelante mientras bajamos las escaleras de la uni mientras que Mónica está a mi lado.

—Estoy deseando llegar a casa y dormir la siesta después de comer.—me dice Moni suspirando.

—Ya te digo tía, es que menuda semanita llevamos...—le contesto mientras noto mi móvil vibrar en el bolsillo de mi pantalón.

Lo saco y veo varios whas de mi novio diciéndome que está ya fuera con el Cupra.
Hoy los convocados con la Selección se van para la clasificación para la Eurocopa 2024, ósea Balde y Pablo. Pedri había sido convocado en un principio pero el Barça se puso en contacto con Luis de la Fuente y su staff para comunicarle que había recaído hace pocos días y lo mejor era que no fuera convocado y esperaran a su recuperación.

—Yo ya estoy deseando coger vacaciones y aún faltan tres semanas para Semana Santa.—dice Lola suspirando. —Que suplicio de verdad...

Salimos de la uni y me quedo hablando un rato pequeño más con ellas ya que están cuadrando para mañana salir a cenar y a tomar algo. Hemos salido varías veces de fiesta juntas y siempre acaba siendo una puta locura, así que me apetece ya que necesito desconectar.

—Bueno caris, yo me voy que he quedado para comer.—las aviso despidiéndome de cada una con un beso sonoro en la mejilla. —Luegos hablamos por el grupo para ver cómo quedamos para mañana.

—Okey reina, besitos.—me dice Pau guiñándome un ojo.

Me despido de ellas y busco con la mirada el Cupra negro mate de Fer. Lo encuentro aparcado a pocos metros y me encamino hacia él mientras rezo para que Pedri hoy esté de mejor humor que días atrás.
Lleva desde que recayó de bajón completamente y yo ya no sé qué más hacer para animarlo.

Abro la puerta del copiloto para sentarme en el asiento y la música de Quevedo inunda mis oídos nada más cierro la puerta.
Me fijo en mi chico, que no se va afeitado esta vez y una ligera barba de pocos días adorna su rostro. Va vestido con colores beiges que le sientan de maravilla y no puedo evitar sonreír al verlo aunque hayan pasado menos de veinticuatro horas desde que nos hemos visto.

—Hola amor.—lo saludo sonriente mientras me acerco a él para darle un beso en la mejilla. —¿Que tal?

—Un poquillo regular, pero bueno.—dice él mirándome mientras me da una ligera sonrisa. —Ven aquí y dame un beso en condiciones, que lo necesito para revivir.—dice cogiéndome de la mano por encima de la palanca de cambios.

Sonrío antes de acercarme a su rostro acariciando con mis manos su incipiente barba.

—Pinchas un poco, señorito.—le susurro con una sonrisa mientras acaricio su rostro con delicadeza.

—Si por ti fuera me dejarías con barba todo el año, mi amor.—me dice acariciándome la mejilla. —Estás guapísima joder...—me observa con ojos brillantes que me hacen latir en corazón.

—Pues como siempre, que te crees tú...—me hago la creída haciendo que él suelte una pequeña risa antes de darme un suave beso en los labios.

—Pa que te voy a decir que no si sí.—me susurra contra mis labios haciéndome sonreír.

Soy yo la que vuelvo a juntar nuestros labios en un beso más largo mientras me deleito con la sensación de sus labios moviéndose al compás contra los míos.
Acaricio su mandíbula con mis dedos mientras su lengua se enreda con la mía haciéndome sentir de todo. Menuda manera tiene de besar este hombre que me dan ganas de besarlo las veinticuatro horas que tiene el día.

RENDICIÓN ; pedri gonzález. Where stories live. Discover now