Prólogo

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Thyre continúa vagando por el bosque, se dice a sí mismo que no descansará hasta llegar a la punta de esa montaña. Aunque debió hacerle caso a su hermana y venir un día de menos calor, por supuesto nunca le hace caso como esa vez que le dijo que no conjurara esos hechizos del viejo libro de su abuelo pero aun así lo hizo y terminó haciendo explotar el granero de sus padres. Son embargo eso fue hace mucho, era un adolescente inexperto y rebelde y ahora es un adulto, uno que no necesita seguir las órdenes de nadie.

La búsqueda de esa extraña flor para la tumba de su madre es su única prioridad ahora. Sólo a ella se le ocurre tener una flor favorita que es casi inalcanzable, pero la encontraría por ella. Leyó que en la punta del cerro Monteur se haya una vasta cantidad de esa especie y no descansaría hasta llevarla a casa. Physonious Teraulio Marlaw, o simplemente Marlaw –como prefiere llamarle–. Un nombre horrendo para una pieza perfecta hecha por la naturaleza. La vio una vez cuando su padre se la regaló a su madre en su cumpleaños número cincuenta. Dijo que pasó años buscándola porque es de procedencia dudosa pero que su madre ha estado encantada con ella desde que la vio en un libro cuando era mucho más joven.

Recuerda haber sentido su aroma dulce y refrescante, sus colores vibrantes en tonos magenta y amarillo con un poco de índigo cerca del carpelo. Es grande, casi del tamaño de dos manos dispuestas una al lado de la otra y si tiene suerte logrará verla antes de que anochezca porque sus pétalos suelen cerrarse a falta de luz para abrirse apenas la toca el sol.

Cada paso se hace más pesado, el sol es abrazador y esta túnica no ayuda en lo absoluto. Podría usar su magia para hacer su trayecto mucho más sencillo pero por alguna extraña razón no funciona en esta área del bosque. A medida que se acerca a la cima, una extraña sensación de incomodidad se apodera de su cuerpo como si algo intentara atravesar su cuerpo. Su cabeza duele apenas y sus extremidades se vuelven pesadas hasta el punto en el que debe detenerse para tomar respiraciones profundas. A unos metros observa una entrada a lo que parece ser una cueva, se dice a sí mismo que sería un buen lugar para tomar un descanso a la sombra y recomponerse.

Como si fuese un sitio completamente diferente, el interior de la caverna mantiene un ambiente frío, tal vez demasiado. La rareza de este rincón empieza a llamar a la curiosidad de Thyre convenciéndolo, en sólo segundos, que debería explorar un poco el lugar. Su mente se siente confundida al instante en que parece ser llamada hacia una cierta dirección, no debería responder a esa urgencia de dirigirse hacia allí, piensa, no es un buen augurio. Si bien Thyre no es de los hechiceros más experimentados como su hermana, conoce muy bien los secretos del mundo mágico luego de pasar años y años estudiándolo. También sabe cosas que no debería gracias a sus tantos viajes y que guarda dentro de su memoria rogando que nadie logre descubrirlas.

Ignorando a su intuición, la cual parece estar manipulada por algún tipo de poder ajeno a él, avanza aún más hacia el interior de la cueva dejando atrás la luz del sol para cambiarla por la oscuridad que lo atrae.

Unos metros más allá, el silencio es atrozmente aturdidor. Pero las vibraciones en el ambiente son fuertes tal como la presión que ejercen sobre el cuerpo de Thyre. Cuando el aire se vuelve tan pesado como para permanecer en este sitio, el hechicero capta algo que llama su atención casi de inmediato. Es pequeño y está instalado en una parte de la pared que conforma la caverna pero no está adherido a ella, simplemente yace ahí, esperando ser visto.

Una vez cerca, descubre que se trata de un anillo, una pieza de joyería inusual que contrasta su brillo y forma con las piedras grisáceas que lo rodean. El control sobre su cuerpo deja de estar a su favor y estira el brazo para tomarlo sintiendo una descarga de energía poderosa atravesando su piel hasta quemarle los huesos.

Nunca había sentido algo así.

Por un momento piensa en volverlo a dejar justo donde estaba haciendo de ese el problema de alguien más. Pero desiste de esa idea casi al instante.

No tarda en notar como la pieza está rodeada de una fuerza peligrosa, una a la que nadie debería ser capaz de acceder o de lo contrario podría ser muy problemático para la existencia que conocemos.

No fue hecho por un mortal, eso es seguro. Es un objeto que va más allá del mundo humano tocando con los dedos el universo de los dioses. Aquellos a los que hay que temer, de quienes hay que alejarse. El debería alejarse. Pero un pensamiento llega de inmediato a su mente contradiciendo por completo al anterior, ¿Qué tal si cae en manos equivocadas? Eso sí sería terrible. Más que eso. Sería el fin para muchos.

Una idea aparece de repente, tal vez podría ver el pasado de este objeto. Puede hacerlo, lo ha hecho ya muchas veces en el pasado y con esa habilidad logró descubrir cientos de cosas interesantes, así que puede que esta no sea la excepción. Concentrando toda su energía en el anillo, los hilos de la memoria de la joya se funden con los de Thyre creando un nexo entre ambos que el hechicero rompe de inmediato al ver lo que el elemento guarda en su interior.

Se aferra a él, sintiendo como el poder del anillo debilitaba su propia esencia, y se lo guarda en el bolsillo de la túnica carmesí oscura que lleva puesta soltando un suspiro profundo. Tal vez fue una señal que él lo encontrara antes que alguien más o simplemente el giro de un destino cruel que llamó a su puerta.

Sea lo que sea, sabe en este preciso momento que todo cambiaría para él y tal vez para todo lo conocido.

Quizá nunca tendría que haberlo encontrado. Una joya de ese calibre y energía quizá nunca debería haber existido en un principio.

Pero ya es tarde, porque una vez que el anillo es poseído por alguien, su conexión con el mundo mortal se afianza a las pocas fibras de su protector, invocando su derecho para cambiar el curso de la humanidad.

Moon Ring - Serie Moon Ring © (Libro #1)✔Where stories live. Discover now