XXI - Kasen

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La veo alejarse tan etérea como el instante en que la vi entre la multitud. Su vestido rojo combina con el rubor en sus mejillas y hace sobresalir el color de su cabello. Tan hermosa e ingenua a la vez. Es tan fácil como lo imaginé, unas cuantas palabras significativas, un poco de juego previo y caen como abejas al dulce. Como si hubieran esperado mucho tiempo por un momento así.

No esperaba encontrarla esta noche tampoco esperaba reconocerla con tanta facilidad.

Registro el perímetro a mí alrededor y escucho unos rasguños claros provenientes de mi derecha. Allí, sobre la rama de un árbol, sin esconderse, hay un pequeño cuervo mueve su cabeza hacia los lados sin sacarme la mirada de encima. Una mirada profunda e indescifrable parecida

Permanece quiero, viéndome como si no hubiera algo más interesante. Cómo un espía, siendo él el único que sabe de la escena que acaba de presenciar. Hasta me da cierta inquietud. No confío en esos animales. No confío en nadie.

Y como si esa no fuese ya una situación un tanto incómoda, mi atención se desvía hacia una de las ventanas del establecimiento. Hay una mujer, muy joven y menuda. Al igual que el cuervo, me acecha fijamente como si no tuviera nada más que hacer, pero a diferencia del cuervo, ella luce triste, desolada. Su mirada parece a la de alguien que pide ayuda para escapar de esta vida.

Le sostengo la mirada un poco más, pensando en que hará algún otro movimiento pero en su lugar se aleja del borde y se pierde dentro del castillo. Este lugar resulta cada vez más extraño, más distinto a Andagore. Allá puedo moverme sin esperar sorpresas, aquí hay una en cada esquina.

Un sonido de pisadas me pone en alerta y veo a uno de los guardias caminando hacia mí.

Es uno de nuestros superiores pero por lo que percibo ha sido un tanto rebelde esta noche, el fuerte aroma agrio del alcohol me golpea apenas se coloca frente a mí. "¿Qué haces aquí? No es tu posición."

Sus ojos conservan la misma rigidez de siempre, si tomó unas copas lo está disimulando bastante bien.

"Creí ver algo por allá," señalo hacia los árboles detrás de él, "sólo estaba asegurándome que no se trataba de algo."

Me da una larga mirada y asiente una vez. "¿Qué resultó ser?"

"Un cuervo," respondo, "movió esas ramas y creó un espectro en el aire." Resopla por lo bajo.

"Malditos cuervos," escupe al suelo, "hay muchos esta temporada." Levanta la mirada e inspecciona su alrededor en busca de algo a qué dispararle con una roca que acaba de tomar.

"¿No suele haber?" indago.

Sube las cejas y las baja igual de rápido. "Hay más este año," asegura con desdén.

Me cruzo de brazos y pienso en ese antiguo dicho que me enseñó el anciano con el que vivía, y es que un cuervo es señal de un mal proveniente.

"Los cuervos traen malos presagios," digo en voz alta.

"Sí," arrastra el monosílabo, "eso es lo que me preocupa."

"¿Es por eso que convocaron mayor protección?" mi pregunta parece tomarlo desprevenido. Aprieta sus labios y mide su respuesta antes de hacérmela saber.

Si hay algo de lo que estoy seguro es que la muerte de Azhar no está lejos. Jensen será nombrado rey apenas se dé a conocer la noticia como lo dice el protocolo y en ese minúsculo intervalo de tiempo, la monarquía se debilitará. A Arlen no le importa su familia. No le importa su sobrino o su cuñada, no le importa las bajas que pueda causar mientras logre el objetivo de tener a todo el castillo bajo su mando.

La búsqueda del poder hace de las personas unos zombis sin consciencia.

"No puedo hablar sobre eso, pero tienes algo de certeza," eso es todo lo que necesitaba oír. "Vuelve a tu posición, yo me encargo de este sector."

Con eso dicho, el guardia me da una mirada y comprendo que debo seguir sus órdenes no sin antes volver a mirar al animal sobre la rama.



"Es falso," dice Silas caminando de un lado a otro frente a mí. Volvimos a la cabaña para finalmente deshacernos de ella, sacando todas las cosas que puedan delatarnos. Lo cierto es que si hubiéramos tenido el libro con nosotros no tengo idea qué hubiéramos hecho. Probablemente habríamos huido. No volveríamos a Andagore teniendo en cuenta todos los posibles problemas que tendremos si somos descubiertos. Y no pienso llevárselo a Arlen.

"Por supuesto que lo es." Lo arrojo a un lado.

Silas se apoya contra la pared. "Si el verdadero estuviera allí habría más seguridad. Fue demasiado fácil entrar."

Miro por un segundo la copia. El cuero despegado muestra el libro debajo de él. Es una guía de herbolaría.

"El verdadero está arriba," hablo recordando el lugar donde vi a Milo. "En la biblioteca general."

"¿Por qué harían eso?" No estoy seguro de que esté ahí, pero el príncipe suele frecuentar el cuarto muy a menudo y no le creo la excusa de que sólo va ahí para darse un respiro de su vida como futuro monarca. Hubo ocasiones donde salía aún más estresado que cuando entraba.

Me pregunto qué tanto sabe el pequeño príncipe.

"Para engañar, lo miro. "Pretender que lo guardaban en el cuarto personal del rey es lo que cualquiera pensaría." Nosotros lo hicimos y eso no me agrada tanto.

"¿Qué vamos a hacer ahora?" Inquiere con exasperación.

"Nada. No hay que levantar más sospechas." Ya suficiente con que se percataran del robo de anoche, lo mejor sería mantener un perfil bajo por un tiempo. "Vuelve a Andagore."

Ese comentario le genera rechazo, puedo verlo en su expresión ahora más disgustada.

"Me necesitas aquí." Niego.

"Te necesito para otro trabajo." He estado pensando en esto por un tiempo y si las cosas salen bien puede que no estemos tan perdidos como creo.

"¿Involucra matar a alguien?"

Cavo detrás de la cabaña para enterrar el libro falso. "Espero que no."

Lo oigo bufar. "Aburrido."

Levanto mis ojos hacia él y digo, "Hena, la necesito a ella."


Moon Ring - Serie Moon Ring © (Libro #1)✔Where stories live. Discover now