Moon Ring - Serie Moon Ring © (Libro #1)✔

XXII - Vera

En el momento en que llego a casa por la madrugada sé que tenemos visitas. Me escondo detrás de un árbol cercano y observo a la distancia uno de los guardias del rey custodiando la puerta principal y todo indica que es ese momento del mes.

La hora del recuento.

Lo hacen cada mes en cualquier momento, esto es para evitar personas ajenas al reino. Incluso puedo escuchar la frase "revisión de rutina" en mi cabeza con esa voz pomposa del delegado en ejecutar la tarea. Odio esa frase. El único significado que asocio a ella es el poder que tienen de entrar a mi cuarto, mi lugar privado en el mundo, mientras requisan todo lo que puede ser una posible guarida para alguien.

Tomo una respiración profunda y me acerco hacia el guardia intentando mantener la compostura. No dice nada pero asiente con la cabeza una vez abriéndome paso hacia el interior. El hombre recorre toda la propiedad en busca de algo sospechoso a un paso rápido ya que aún debe tener muchas otras a su cargo, entre tanto mantengo mi aliento en la garganta.

No tenemos a nadie escondido aquí pero siento como si así fuese. Tal vez sea el hecho de que mi equipo de arquería está escondido cerca del granero de atrás. Está bajo unas hojas secas que cayeron de los árboles hace dos días. Me dije a mi misma que movería todo a otro lugar más seguro una vez que lo tenga. Ahora lo único que me preocupa es que lo encuentren y pregunten por qué ese arco estaba escondido lo que es estúpido porque no lo harán aunque mi mente me torture diciendo que sí.

Al volver, los oficiales del rey sólo nos dan un vistazo y eso es todo. Se van de la casa y una vez que se encuentran lo suficientemente lejos del área es cuando puedo respirar con normalidad.

Camino por el mercado disfrutando de la calma y calidez del clima de primavera. Esta noche es mi turno libre y me siento tal y como lo dice esa palabra, libre. Debido a que paso prácticamente casi todas las noches despierta, mi mente trabaja mejor a esta hora, está más alerta cuando el sol cae hasta desaparecer dejando un panorama completamente diferente frente a nuestros ojos. El sector de comerciantes está vacío debido a que todo termina una vez que el atardecer se acerca, mientras que el área de bares y lugares recónditos parecen cobrar vida al instante en que las sombras que acompañan a la luna empiezan a danzar a nuestro alrededor.

Una figura familiar aparece mucho más a allá de donde me encuentro y mi corazón empieza a latir con fuerza como si ese fuese su motor. Sacudo la cabeza desviando cualquier tipo de pensamiento que llega a mí en forma de un arquero cuyo nombre desconocido para mí se está convirtiendo en la mayor atracción de mi circo privado. Cuando mi atención vuelve hacia ese lugar, descubro que sólo fue mi imaginación o tal vez algún hombre similar a él que pasea por la zona. Me digo a mí misma que debo dejar de pensar en él, porque lo hago y mucho y eso está empezando a cansarme.

Por la ventana de la pequeña taberna a mi izquierda me encuentro con el rostro de Gale, un viejo camarada de Wallen, hablando muy a gusto con una mujer que no es su esposa. Me pregunto cuánto tiempo tardará en descubrir que ella se acuesta con Rys, el herrero de la vieja estación donde reposan carruajes destruidos. El hecho de trabajar junto a mujeres que lo conocen todo y a todos te da un pase libre a rumores sin fin que hacen de la jornada un poco más llevadera.

"Veo que no te dijeron que espiar es muy descortés," una voz masculina me hace sobresaltar y volteo hacia atrás mirando al hombre bajo la capa.

"Señor," susurro con sorpresa antes de hacer una leve reverencia que se ve interrumpida por su rápido accionar. Jensen se acerca y toma mis brazos para erguir mi espalda nuevamente volviendo a mi postura original.

"Por favor no lo hagas, no aquí," ruega en voz baja. Está tan cerca de mí que puedo oler el perfume de su cabello. Puede que haya tomado una ducha no hace mucho, o le gusta usar perfume por demás. O tal vez sólo sea él y su aroma natural.