XXIV - Vera

26 3 0
                                    

Lo supe apenas giré la calle volviendo del mercado. Lo supe cuando algunos de nuestros vecinos voltearon a verme con una sonrisa y cuando las macetas junto a la puerta principal que antes estaban vacías ahora tienen unas flores coloridas en tonos morados, rojos, amarillos. Mamá las sacó de su jardín y las plantó en esas macetas. Lo haría solamente cuando una ocasión especial lo amerita.

Le gusta que la casa se vea hermosa cuando hay algo importante, como un cumpleaños o la navidad. La celebramos aunque no sea una fiesta muy tradicional en este país. Lo hacemos por los niños, porque quieren regalos y es una excusa para una fiesta. Todos aquí aman las fiestas, es una buena oportunidad para conocer gente nueva que llega de vez en cuando o para contar historias o comentar las habladurías de la semana.

Ni siquiera lo he visto y ya sé que Melvin se encuentra en la sala. Debe estar charlando animadamente con mi madre y Wallen mientras mi padre asiente con su cabeza desde un rincón sin emitir sonido alguno. No es muy fanático de las conversaciones grupales así que prefiere pretender ser un ávido oyente y quedarse en su sitio. Me gusta identificarme con esa parte de él, no me describiría como alguien tan locuaz como los otros miembros de mi familia.

No puedo retrasar mi llegada aunque no hay nada que me gustaría más. Aprieto las hazas del bolso en mi mano y abro la puerta para escuchar unas risas en conjunto, ninguna de ellas es de mi padre.

"Ya estás aquí." Mamá corre a mi encuentro tomando la bolsa, retirando por completo el peso que cargaba. Me hubiera gustado que no lo hiciera, ahora me siento desprotegida, a la vista de todos, esa bolsa era como un escudo invisible que me daría un poco más de confianza, ahora ya no la tengo. Ni una pizca. "Melvin vino con una propuesta muy interesante."

Otra tradición dentro de la tradición del matrimonio, es la propuesta frente a la familia de la futura novia, después de pedir la mano formalmente al padre o tutor. Es el único motivo que se me ocurre por el que estaría aquí y por el que todos esperan ansiosos. Todos menos yo.

Acepté su propuesta sabiendo que es lo mejor. Mi madre me dejaría en paz y sentiría menos presión de la que ya estoy sintiendo, al menos por un tiempo.

"Creo que sabes el porqué de mi visita," habla Melvin. Trago sintiendo como la saliva lastima mi garganta reseca y observo al muchacho dar un paso hacia mí, tomándome de la mano. Ni siquiera me avergüenzo de que esté sudada, tengo la esperanza de que la suelte por esa misma razón pero no lo hace. "Me sentiré honrado de que aceptes mi mano en matrimonio," dice esas palabras como si las recitara luego de practicar un tiempo, tan robóticas como le es posible. Melvin es bueno para fingir pero está tan asustado como yo que puedo notar cuán diferente se ve en este momento.

Quiero reír. Si le hubieran dicho años atrás que estaría en mi casa pidiendo mi mano probablemente habría agarrado un puñado de tierra y se lo hubiera arrojado en la cara al vocero. También quiero reír porque es la propuesta menos romántica que he escuchado. Si bien no espero un agasajo con flores, comida, música si tengo suerte o una poética declaración infundada con metáforas, promesas y deseos, sí me hubiera gustado un poco más de interés de su parte o voluntad siquiera. Pero quedamos en que sería un arreglo entre ambos y está ejecutando el plan a la perfección.

Aunque parece como si estuviera cumpliendo un castigo. Puede que ambos lo estemos.

Quiero reír por todo eso y por su cara, cuya mirada gélida me escanea de arriba hacia abajo. Seguro está criticando mi vestido color hueso, el mismo que me vio usar hace unos días cuando tuvimos la conversación sobre nuestro enlace y que ahora tiene una que otra mancha por un descuido previo en el que un niño rozó la tela con sus manos sucias.

Moon Ring - Serie Moon Ring © (Libro #1)✔Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora