XIX - Vera (Parte 2)

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Él es como el diablillo en mi hombro intentando penetrar mi autocontrol y empujarme hacia el lado travieso. Lo malo de esto es que ni siquiera debe intentarlo con fuerza, es como si una energía invisible me empujara hacia él en contra de mi voluntad. Volteo una vez más para asegurarme que nadie nos observa lo que es como un tiro en la oscuridad porque lo cierto es que no estoy segura para nada. Cualquiera puede darse cuenta. Pueden haber espías por doquier pero dejo todo de lado y como él lo propuso, me arriesgo.

Tomo la mano que me ofrece y corremos de inmediato en sentido contrario a los demás hacia la otra puerta que lleva a los jardines de atrás. "Shh, no querrás que te descubran," murmura en voz baja.

Una vez afuera, el panorama que se extiende frente a mí es uno muy conocido. Lo he visto varias veces al pasar durante mi jornada de trabajo pero nunca lo había visto tan bien iluminado.

"¿El laberinto?" Miro hacia la gran estructura hecha puramente de vegetación cuidadosamente podada. "¿Es este tu escondite?" Pregunto juguetonamente. Se aleja un poco y coloca las manos en los bolsillos de su pantalón.

"Siempre me gustaron los juegos de lógica," habla sin mirarme. "Lo vi por el ventanal cuando llegué," voltea hacia mí con una sonrisa pícara. "Te apuesto a que puedo encontrar la salida sin titubear ni una sola vez."

Niego sin decir nada y doy un paso hacia él.

"Eso es muy fácil, puedes haber venido ya aquí." Paso mis manos por los arbustos de crisantemos que decoran el camino de piedra.

Mis ojos están fijos en los colores de las simpáticas plantas pero puedo sentirlo observando cada uno de mis movimientos. Mi estómago parece estar corriendo una maratón, ¿cómo es posible que este hombre me haga sentir así con tan solo una mirada? "Es mi primera vez en el palacio." Asegura.

"No confío en ti, ¿recuerdas?" Desvío mi mirada hacia él para encontrarlo con una sonrisa tímida plasmada en la parte visible de su rostro. Esa máscara lo hace parecer mucho más enigmático de lo que ya es. Suspiro ahogando una sonrisa de mi parte, "bien, hazlo, ¿qué apuestas?"

"¿Qué deseas?" Esas palabras parecen parte de un hechizo, como la palabra que él mismo usó hace unos momentos durante el baile. O una maldición. Esas simples palabras podrían perseguirme por el resto de mi vida y aun no sabría la respuesta acertada a esa pregunta.

¿Qué deseo en este momento?

Todo. Y eso me asusta.

"Debes proponer algo," reprocho.

Me escruta con la mirada incrementando los latidos de mi corazón. Estoy tan feliz de que no pueda escucharlo. "¿No se te ocurre nada?" ladea la cabeza, "o tal vez lo haces pero no te atreves a decirlo en voz alta." ¿Acaso puede ver a través de mí? ¿Soy tan cristalina ante su visión?

"Una memoria," respondo finalmente.

"¿Qué?" Creo que esta es la primera vez que lo dejo en evidente confusión. Su mirada curiosa parece vibrar con excitación ante este juego.

"Quiero una de tus memorias," repito, "la que sea." Camino rodeándolo hasta llegar a la entrada del laberinto. "No sé nada sobre ti más que eres bueno en arquería," añado.

Sopesa la idea por un instante pero termina asintiendo.

"Ese es un deseo inusual," emprende su andar hacia mí.

"Soy una persona inusual."

Una de las esquinas de su boca se eleva apenas. "Bien."

Moon Ring - Serie Moon Ring © (Libro #1)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora