XXXI - Silas

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Sigo la cabellera rubia blanquecina desde mi lugar pretendiendo no llamar la atención de los demás a mí alrededor. El sol está en su punto máximo pero algunas nubes amenazan con taparlo por completo. Continúo mi camino a una distancia apropiada sin perder de vista al hombre mientras esquivo a las personas, los puestos de ventas y carretas dispersas por la calle.

El hombre gira calle arriba y me apresuro para no perderlo de vista. El ambiente es ruidoso, hay un poco de humo debido a la comida que se está preparando, hay gritos de comerciantes rogando ser escuchados, parecido a las calles de Andagore.

En el tiempo que estuve aquí no he sentido un gran peso de incomodidad ni el desasosiego de ser atrapado. A nadie parece importarle nada aquí, lo disimulan bastante bien o su rey mantiene las cosas muy en secreto. Unos niños pasan frente a mí, obligándome a detenerme por la sorpresa y cuando levanto la vista el hombre ya no está.

Sigo el recorrido, observando a mí alrededor con sutileza, alejándome de los mercantes hacia una zona con menos gente. Paso frente a un local de orfebrería y un segundo más tarde siento el frío de un cuchillo sobre mi garganta.

"¿Vas a decirme quién eres y por qué me seguías?" Esbozo una sonrisa. Su agarre es fuerte pero puedo sentir un leve temblor en su mano. Puede que se haya enfrentado a muchos peligros antes pero no deja de ser algo que lo ponga nervioso.

"Si lo hiciera no sería tan divertido, ¿no lo crees?"

Aprieta el cuchillo aún más. Con un leve movimiento podría cortar mi garganta de par en par así que mejor no provocarlo. "No me hagas enojar. Te vi aquella noche frente al bar de Therno," dice recordando la fiesta de Siphir en el pueblo. Aquel día sólo paseaba por el lugar, hacía mucho que no tenía un descanso entre funciones y el robarle a quienes asistían a ellas me estaba estresando, pero no hay nada que unos vasos de alcohol no curen. Kasen me había abandonado para irse al palacio a entrenar horas extras y yo no iba a quedarme en esa apestosa cabaña aburrido.

Sin embargo, no esperaba encontrarme con la chica. Vera. Kasen no sabe que lo sé, o tal vez lo hace y no le da importancia. Vi el dibujo mientras husmeaba en sus cosas, nunca fue bueno para deshacerse de objetos y ese papel aún seguía en el bolsillo de una de sus camisas. Ese era su secreto con Hena y no planeaba quedarme atrás así que me dediqué a espiarla por un rato. No tengo idea de su conexión con Kasen pero sé su nombre porque su amiga la llamó con evidente emoción.

"Sólo quería distraerme un poco," explico, "es un lugar pequeño, nos conocemos aquí, todos nos encontramos con todos donde sea que vayas." El sonido de una campanilla nos distrae seguida por el la invitación de un feriante para probar sus frutas recién traídas del exterior.

El cuerpo de Sid sufre un fuerte sacudón y en cuestión de segundos cae al suelo. Giro para encontrarme con la sonrisa triunfante de Kasen. "Imagínate que no hubiera aparecido." Se jacta de su hazaña. "¿Conseguiste algo?"

Suspiro negando. Le hago una seña para que me ayude a llevarlo a un lugar más privado y juntos, lo arrastramos hacia un depósito que se encuentra a unos pasos de nosotros y que parece abandonado.

"¿Y bien?" Me presiona el chico.

Chasqueo la lengua con molestia. "No se apresura la magia."

"Sólo hazlo."

Sid está en el suelo, con sus piernas extendidas y la espalda apoyada contra una vieja pared polvorienta y con manchas de humedad.

Sacó el cristal dorado brillante de mi bolsillo que está atado a un hilo de plata. Golpeo cada uno de sus ojos suavemente con la pequeña piedra preciosa y vacío mi mente, dejándola completamente en blanco.

"Uhmlar Akatsic," repito varias veces en voz baja sintiendo cada palabra con todo mi cuerpo. Uhmlar Akatsic es Dexmor para 'ríndete ante los susurros.' Es una antigua frase que mi maestro solía usar al inicio de sus sesiones de hipnotismo y me dio el permiso de usarla como su discípulo.

Los ojos de Sid se abren con lentitud y muevo el cristal como un péndulo frente a él. Al principio su mirada se encuentra perdida hasta que el destello dorado del objeto capta su atención y veo como poco a poco va cayendo en el trance. No dejo de repetir las palabras concentrándome en como su respiración se ralentiza al igual que la mía y su corazón bombea a un ritmo constante y firme.

Puedo ver sus ojos abiertos nublándose de la percepción de realidad que nos rodea. Continúo moviendo el cristal hasta que alcanza un punto de ensoñación profunda pero completamente consciente de sus alrededores. "Vas a responder a todos nuestros requerimientos sin objeciones." El hombre mueve su cabeza con lentitud afirmando.

Asiento hacia Kasen y me alejo para que tome mi lugar frente a él.

"Dime como está implicado el consejo en la muerte de Azhar." Sid se toma su tiempo en responder pero cuando lo hace habla con firmeza.

"Azhar se rebeló contra ellos, contra los ministros superiores," especifica, "y está enfrentando las consecuencias."

"Explícate," pide Kasen.

El hombre parpadea un par de veces. "Se desvinculó de la asociación que se creó en contra del rey Leopold IV."

¡El consejo quería al rey Leopold fuera?

"¿Una asociación?" Pregunta mi amigo con la misma curiosidad que yo. "¿Arlen está con ellos también?"

Sid asiente.

"Él fue el primero fuera del consejo en vincularse con ellos poco tiempo antes de su muerte." Su propio hijo conspiraba en su contra. Que tan asqueroso es eso. "Azhar está protegiendo por lo que él murió."

Kasen y yo nos miramos uniendo los puntos invisibles en nuestras cabezas.

"La guerra no fue por el reino," murmura, "fue por el libro."

Doy un paso hacia ellos. "¿Por qué ese libro es tan importante?" Inquiero mirando al hombre en el suelo.

"Harlow lo necesita," responde de inmediato, "contiene anexos a una antigua leyenda sobre una joya poderosa, un anillo. Un anillo que trae consigo un poder inexplicable."

"¿El libro es un medio para llegar a él?" Hablo en voz alta.

"Y el medio para usarlo," responde Sid. Moviendo su cabeza de a poco hacia los lados y parpadeando varias veces.

"El efecto está pasando," advierto, "será mejor que nos vayamos."

Kasen me detiene en la puerta.

"Ve al castillo, vigila los alrededores," ordena, "te encuentro más tarde. Hay que advertirle al rey."


Moon Ring - Serie Moon Ring © (Libro #1)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora