Want you to love me || YM || ~Mila

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Yoongi se pasó el pulgar por el labio inferior antes de salir del balcón con Jimin de la mano. Escuchó a su omega reprimir una risilla traviesa mientras le seguía, ambos esforzándose en verse arreglados y tranquilos durante su breve reintegración en la fiesta. 

Para no generar sospecha de lo que ocurrió en dicho balcón, Jimin pasó su mano por el antebrazo de su novio y sonrió educado a la pareja que se acercaba a la mesa de aperitivos. Todo mientras sentía a su lobo exaltado por avanzar pronto a la suite.

En cuanto salieron del salón, luchando por no caminar ni tan rápido ni tan lento, no tardó en reírse al ser apresurado por su alfa hasta el ascensor.

—¿Por qué vamos tan de prisa? —preguntó Jimin, burlón. Yoongi presionó el botón—. Mi alfa está muy ansioso~

Las puertas se abrieron y Yoongi avanzó, tirando de él con una sonrisa en la cara. 

—Basta. 

Jimin le rodeó los hombros y se le acercó a la boca de inmediato, luchando contra su sonrisa para comenzar a corresponder a su beso abierto. Yoongi le apretó las caderas con fuerza, seduciendo su lengua con la insistencia de la suya, gruñendo de gusto como si se alimentara de sus gemidos. Sus cuerpos enredados, sus cuerpos frotándose y sus manos recorriendo cada rincón. 

Con el evento ocurriendo en el piso 28 del hotel y la Suite Península estando tan solo un piso más arriba, el ascensor llegó a su destino en menos de treinta segundos.

El que se movió primero al notar las puertas abriéndose fue Jimin, sin prestar atención al gruñido molesto que soltó su novio por la repentina separación. Sonriente, avanzó a paso rápido hasta la puerta, donde Yoongi no tardó en volver a capturarlo.

—¿Has bebido demasiada champaña? —le preguntó Jimin entre risillas y chillidos, víctima de una mordida juguetona en su nuca y manos posesivas en su cintura. 

—El idiota francés puso a mi lobo en borde. 

Jimin se movió dentro del agarre de Yoongi para girarse y verle a los ojos. Su espalda afirmándose en la puerta aún cerrada de la suite. Yoongi, calmando su respiración, se acercó lo suficiente para que sus narices rozaran. 

—Me encanta que estés tan caliente, en serio, no me quejo —suspiró Jimin, ronroneando al sentir manos bajando hasta apretar sus glúteos con fuerza—. Ah~ P-Pero no podemos tener sexo aquí cuando tenemos una grandiosa... cama dentr- Mh... 

Distraído lo suficiente por la delicada captura del lóbulo de su oreja y la respiración de Yoongi debilitándole las piernas, Jimin ignoró los primeros indicios de las puertas del ascensor abriéndose otra vez. Ignoró hasta el hecho de que no debería haberse abierto, no cuando la suite era la única en aquel piso, así que se dio cuenta de que alguien apareció cuando ya era bastante tarde. 

Y quizá hubiera podido apartar a Yoongi para mostrar algo de decoro, al menos. Un poco de decencia o etiqueta. Es decir, pudo habérseles quedado algo y uno de los meseros solo quería hacer su grandioso trabajo cumpliendo con el servicio, o puede que alguien haya presionado el botón incorrecto, o en un poco más probable escenario, un molesto omega quizá escuchó que el joven Min Yoongi se retiró temprano del evento y decidió intentar alcanzarle. 

Jimin se quedó viendo al intruso.

Dyun les miraba congelado en el ascensor, sin haber dado un paso fuera. Su pecho inflado, labios separados, ojos bien abiertos..., y un sonrojo cubriendo su rostro de golpe.

Así, después de parpadear y dejar ir la sorpresa, Jimin no pudo evitar que una sonrisa de lo más entretenida le estirara los labios. No era tanto que su lobo se estaba regodeando de satisfacción por tener a su complacida pareja disfrutando de su cuello y trasero frente al otro omega, era más que, de repente, dicho otro omega lucía como un niño nervioso queriendo escapar de la situación.