1 ❦ INTRO

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Jimin recuerda muy bien ese momento; la primera vez que vio a Yoongi. Había pasado a la entrevista final del trabajo, así que debía reunirse con el CEO y tener una breve charla con él. A pesar de que su presencia no tendría ni la mínima repercusión en los negocios de la empresa, su papel como asistente temporal necesitaba la aprobación del cabecilla. 

Al comienzo de las entrevistas le fue explicado que la mayoría de su trabajo sería asistir como ayudante al resto de los empleados. Serviría café, iría de compras, cuidaría las plantas y bla bla bla. Jimin solo aceptó porque la paga era buena y no tenía que ser experto en nada. Por esa misma razón, de hecho, antes de entrar a la oficina del director ejecutivo, no tenía ni la menor idea de lo que se trataría la conversación. 

Antes de su primera entrevista, cuando se puso a investigar en modo incógnito los negocios del holding, leyó y escuchó algunos comentarios acerca del hijo de Min Dalsu. De este hombre no se tenía más información aparte de que era un magnate con un gusto tremendo por su privacidad (Jimin lo confirmó al no encontrar nada de su vida personal en Google), pero de su hijo, Min Yoongi, se sabía un poco más.

Solo un poquito.

Porque aparte de sus perfiles en Instagram, Twitter y LinkedIn claramente controlados por alguna agencia de publicidad y unas cuantas menciones en revistas al estilo Fortune desde incluso antes de tomar el liderazgo en la corporación, no se sabía tanto. O... al menos Jimin no sabía. El gran asunto de los negocios nunca le interesó, la verdad.

Por lo mismo, Jimin entró a esa entrevista final de trabajo solo habiendo escuchado los comentarios de personas que cruzaban su camino. Personas que, cabe decir, no tardaban ni un segundo en dar su opinión acerca de la aterradora personalidad de su posible futuro jefe. Súper motivadores.

Que era intimidante, eso le dijeron. «Te puede asustar, mejor prepárate». «Dicen que es peor que su padre». «Idéntico a todos los tipos que nacen en familias adineradas, te lo puedo apostar». 

Jimin, honestamente, nunca supo de dónde sacaron toda esa basura. Yoongi era bastante serio, ¿pero intimidante? En cuanto Jimin puso un pie en la oficina el alfa le trató con el respeto que ya casi nadie ocupaba en estos tiempos. ¡Un completo caballero! Definitivamente de clase alta, pero sin la mínima expresión de soberbia. 

Cuidadoso, silencioso, como si no quisiera levantar mucho la voz. El omega apenas había podido mantener la baba dentro de su boca mientras le escuchaba hablar y presentarse.

"Nos vemos el lunes, Park Jimin".

Y así es como Park Jimin salió de su última entrevista suspirando corazones, convencido de estar enamorado. 

Enamorado y decidido a, más que convertirse en el asistente de la firma, convertirse en el asistente personal del encantador CEO.

—¡Alfa, mira esto! 

Yoongi alzó la mirada de la computadora y vio a Jimin acercársele con los ojos fijos en una de las revistas que dejó sobre el sillón. Había olvidado decirle a Lisa que las arrojara por el contenedor o las quemara en algún basurero. 

—¿Mh?

—¡Has aparecido en la portada de una revista! —exclamó, completamente sorprendido. 

—Sí —Yoongi miró la portada de Fortune con descontento—. No es la gran cosa.

Jimin le puso mala cara por la falta de emoción y se sentó en la silla al otro lado de su escritorio, leyendo lo que decía con una pequeña sonrisa y ojos alegres, como los de siempre.

"En esta nueva generación, hay más personas que pueden convertirse en buenos líderes sin siquiera saberlo".

Un rato después, el omega apoyó la mejilla en su puño, admirando los detalles de la fotografía.

—Es sorprendente —comentó, permitiéndole trabajar entre pausas. Yoongi ya se había acostumbrado a sus repentinas interrupciones, de todos modos—. "Descubrimiento del año" —leyó, entusiasmado—. Ah, qué envidia. Me gustaría salir en la portada de alguna revista también. 

Yoongi le echó vistazo en lo que continuaba escribiendo los resultados de algunos gráficos. 

—No creo que se te sea tan difícil. 

Jimin dirigió los ojos al rostro calmo del alfa. Sintió su corazón saltarse un latido cuando captó. ¿Había escuchado bien? ¿Yoongi le había enviado una indirecta? Jimin descubrió su propia expresión yendo de la duda a la sorpresa, hasta llegar repentina y rápidamente a un enérgico entusiasmo.  

—¿Ohhhh? —Sonrió en grande antes de acunar su propio rostro entre sus manos, apoyando los codos en el escritorio—. ¿Crees que soy tan bonito como para salir en la portada de una revista? —Miró al CEO coqueto, aleteando sus pestañas—. ¿Qué crees que diría el titular? ¿El omega más encantador del mundo? ¿El omega por el que todo alfa sueña? ¡El omega más dulce de todos! 

—El que más molesta, diría yo. 

Jimin se rio entre dientes, con aire satisfecho.

Desde que fue contratado por la Corporación Min ya eran ocho meses. Desde que pasaba gran parte de su tiempo con el alfa, siete meses y medio. Desde que el alfa le rechazó por última vez, un día.

—Alfa, ¿y si me acompañas a sacarme fotografías para salir en una revista? Te dejaré llamarme tu novio alrededor de los fotógrafos siempre y cuando me prometas comportarte bien, ¿de acuerdo?

Yoongi arrugó las cejas sin mirarle. —Claro que no.

Corrección: 0 días.

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Mila~

Want you to love me || YM ||  ~MilaWhere stories live. Discover now